Estudiar la respuesta de la producción de forraje anual frente al aumento en la frecuencia e intensidad de sequías agrícolas es fundamental. Por esto, investigadores del INTA, del Conicet y de universidades nacionales evalúan cómo responden los sistemas silvopastoriles frente al cambio climático. El estudio se realizó en 22 sitios localizados en 13 provincias de la Argentina. Los resultados fueron presentados en el V Congreso Nacional Silvopastoril, que se realizó el 16 y 17 de octubre en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
“Es muy importante este estudio ya que es fundamental cuantificar el impacto del aumento en la frecuencia e intensidad de sequías agrícolas y ecológicas debido al cambio climático sobre la oferta forrajera”, aseguró Pablo Peri, coordinador del Programa Nacional Forestal del INTA y presidente de la comisión organizadora del congreso, y subrayó: “Esto nos permitirá conocer si los SSP son parte de la estrategia de adaptación al cambio climático, tema relevante a tratar en el Congreso”.
Los investigadores calcularon un índice de aridez para clasificar los sitios en categorías que van desde semiárido hasta muy húmedo. También midieron la concentración de carbono y nitrógeno en el suelo, la cobertura forrajera y arbórea y se evaluó la producción de forraje en años normales y secos.
“La respuesta de la producción de forraje varió según la categoría de aridez de cada sitio”, indicó Peri quien detalló que “los sitios muy húmedos tuvieron una mayor producción de forraje en comparación con otras categorías. En sitios semiáridos, la producción de forraje en áreas abiertas (sin árboles) fue mayor que en los SSP durante años secos”.
De acuerdo con el estudio, la intensidad de la sequía tuvo un impacto en la respuesta de la producción de forraje. En años de sequía leve (≤35%), los SSP superaron a las áreas abiertas en producción de forraje, pero en sequías más severas (>35%), la respuesta fue inversa. La respuesta relativa (RR) de la producción de forraje en los SSP en comparación con las áreas abiertas varió según el sitio y el tipo de año. Algunos sitios mostraron respuestas positivas en años normales pero negativas en años secos, y viceversa.
El estudio demostró la variabilidad de la respuesta de la producción de forraje en sistemas silvopastoriles a la sequía, que depende de múltiples factores, incluyendo la categoría de aridez, la intensidad de la sequía y el tipo de forraje. “Los resultados resaltan la importancia de comprender cómo los árboles afectan la producción de forraje en condiciones de sequía, lo que es crucial para la gestión de sistemas de producción ganadera con mayor resiliencia al cambio climático”, puntualizó Peri.