Menos de dos horas le alcanzaron a Leandro Bazán, un joven de 27 años, para cometer nueve robos. Eso ocurrió el 7 de septiembre y su raid empezó a las 19 en Palermo y terminó a las 21.50 en Flores.
En ese tiempo se hizo de varios teléfonos celulares, que arrebataba junto a tres cómplices. Pero su suerte terminó a las 22.30, cuando chocó contra un auto en Villa Urquiza mientras iba abordo de la moto Yamaha XTZ azul que conducía.
Alertada por el accidente, llegó la Policía de la Ciudad y descubrió los teléfonos en el bolso de Bazán. Sin embargo, pocas horas después abandonó el hospital donde estuvo internado y se fue directo a su casa.
Bazán tenía antecedentes. De hecho, ahora espera un juicio oral por dos hechos robos que cometió el 13 de abril pasado en Núñez y Palermo en el que se llevó dos iPhone X y fue finalmente detenido por su última víctima, que lo hizo caer de la moto.
En diciembre, el fiscal José María Campagnoli intervino en la causa por esos dos robos y apeló la decisión del juez en lo criminal y correccional Pablo Ormaechea de no dictarle la prisión preventiva cuando lo procesó también por los hechos ocurridos el 7 de septiembre pasado. "Se considera que debe ser ordenada la prisión preventiva de Bazán para garantizar la efectiva aplicación del derecho sustantivo ahora que se agravó su situación procesal en atención a la gran cantidad de episodios que se le endilgan, a la importantísima pena en expectativa a la que se encuentra expuesto y a los antecedentes criminales que registra. Todo lo cual da cuenta de sus condiciones personales y de la existencia del riesgo procesal de fuga", argumentó Campagnoli.
El pedido de Campagnili fue denegado por Ormaechea y entonces recurrió en queja ante la Cámara del Crimen. "Algunos jueces sostienen que el no dictado de la prisión preventiva con el procesamiento no es apelable por el Ministerio Público. Pero para Campagnoli y su equipo sí es apelable", explicaron fuentes judiciales.