Por Javier Firpo (jfirpo@larazon.com.ar)
"El miedo a que a nadie le interese lo que uno hace, o lo que se tiene para contar siempre existe... En el teatro, donde todo se termina de construir con el espectador eso es particularmente trágico", admite ese gran autor y director que es Mariano Pensotti, recordado por maravillosas obras como "El pasado es un animal grotesco", "Cineastas" y "Cuando vuelva a casa voy a hacer otro".
Neurosis o temores mediante, Pensotti es realista: "Estamos en un momento complejo, con muchísima oferta cultural por un lado y con una crisis económica por el otro".
Referente creativo del Grupo Marea, junto al músico Diego Vainer y la escenógrafa Mariana Tirantte, Pensotti vuelve a la escena porteña con "Arde brillante en los bosques de la noche", una pieza de las más complejas, asegura, y que le llevó dos años de labor ininterrumpida, que "surgió a partir de la idea de trabajar acerca de los cien años de la Revolución Rusa, y de ver cuáles podían ser algunas de sus resonancias en personajes contemporáneos", describe y desmenuza. "Como muchos de los grandes hechos históricos, la Revolución tiene múltiples aspectos y es inabarcable, pero me basé en la figura de Alexandra Kollontai, una feminista soviética de la que yo sabía muy poco. Leyendo sus textos comenzó a surgir la idea de relacionar ciertos conceptos de la revolución con otros vinculados al feminismo, que es precisamente lo que Kollontai hacía. De ahí lo central que es en la obra el cuerpo y cómo el cuerpo, en especial el de las mujeres, es modelado a conveniencia de ciertos intereses políticos y económicos".
Convengamos que tus obras cuentan con puestas imponentes y recargadas. ¿Hay alguna explicación a ese autor y director que no se queda en un mero argumento?
Curiosamente para mí lo central sigue siendo siempre lo argumental, en el sentido de que lo que más me importa es lo que se cuenta. Por eso mis obras son tan narrativas... Me gusta que me cuenten historias y me gusta contarlas. Tal vez lo que sucede es que muchas veces se me ocurren historias a las que no les encuentro un formato teatral tradicional y necesito encontrar una forma distinta para poder contarlas. Y también me interesa que la manera en la que se cuentan esas historias sea tan poderosa como las historias en sí. A mí me gusta el arte conceptual pero con sangre en las venas, y en el teatro siempre pienso antes que nada en contar historias.
¿No te sentís rehén de un tipo de teatro del cual ya sos especialista?
Para ser sincero, trato de no ser excesivamente consciente de lo que hago, sólo busco hacer y contar cosas que sean representativas de experiencias que vivo, que me afectan, que me resultan estimulantes y necesarias a mí.
¿Confiás en la complejidad del espectador?
Muchísimo. Me parece que a veces se tiende a simplificar lo que se narra, o cómo se lo cuenta, como si eso fuera a establecer una separación insalvable con el espectador, y yo creo que la gente suele ser mucho más compleja, interesante, demandante e inteligente de lo que se cree.
O sea que no temés a intimidarlos...
La obra cuenta tres historias muy diferentes, con muchísimo humor a pesar de ciertos aspectos serios que se ponen en juego. Es una obra muy particular que realiza una mezcla de marionetas para adultos, actuación y cine que es muy particular. Y, fundamentalmente, se verán unas actuaciones fuera de lo común.
Hay una columna vertebral sólida...
Susana Pampín, Laura López Moyano e Inés Efrón son actrices maravillosas, ademas de Esteban Bigliardi y Patricio Aramburu, dos actorazos. Es un elenco soñado, con un grupo unido y comprometido.
“Arde brillante en los bosques de la noche”, que se estrena mañana en el Sarmiento (Av. Sarmiento 1725, de jueves a domingos) se centra en el centésimo aniversario de la Revolución Rusa y sus resonancias artísticas y políticas en el mundo de hoy. Está protagonizada por Susana Pampín, Laura López Moyano, Inés Efrón, Esteban Bigliardi, Patricio Arambu.