Tener un teatro propio... ¿A qué persona de a pie se le cruza la idea? Okey, se te ocurre, ¿y después, qué? ¿Cómo lograr tamaña gesta, por más amor que se tenga por las tablas? "Al principio es algo inalcanzable para los simples mortales. Pero con mi marido vendimos todo lo que teníamos para poder comprar el terreno y construirlo". Quien habla es Marina Lamarca (su marido es Alejandro Germaná), abanderada -y aquí vocera- de Border, ese maravilloso teatro ubicado en las entrañas de Palermo Viejo. "Desde que tuvimos la idea hasta que se materializó pasaron más de tres años. La demada fue gigante hasta que comenzó a funcionar en marzo de 2016. Sumamos a un socio más, Diego Mariani, y entre los tres lo pusimos en marcha".
Un proyecto “así” consume absolutamente todo, pero todo, eh... Pero, ¿así cómo? “Compramos una casa antigua en la que funcionaba un centro de salud mental, que se estaba por demoler, y empezamos con la construcción del subsuelo. Los primeros seis meses eran desesperantes porque no se veía ningún avance de lo que sucedía bajo tierra”.
Lo que a la mayoría hubiera agotado y desanimado, a Marina y compañía los llenaron de una energía y entusiasmo fuera de lo común: "Decidimos construir un teatro bajo parámetros de sustentabilidad, porque me siento identificada con ese estilo de vida. Me preocupa mucho la contaminación, la cantidad de basura que generamos. Entonces si íbamos a construir un espacio cultural, que fuera con el menor impacto posible en el planeta", desmenuza la multitasking Marina Lamarca, que en la muy entretenida obra "Toda gente nueva" -que se exhibe en Border- encarna a una prostituta seductora, fresca y sin filtro.
Hace memoria la actriz, con el cartelito de Directora de Border, que al principio eran meses de labor sin parar un día. “Había que estar en todo, desde el proveedor de papel higiénico hasta qué obras programar o a qué profesores convocar para lograr instalar un espacio de prestigio”.
Encima la omnipresente burocracia que metía la cola y bajoneaba, pero no lograba quebrar a este grupo de “todopoderosos”.
Si de soñar se trata, Border tiene en su norte convertirse en un futuro Timbre 4. “De a poco lo vamos a ir consiguiendo”, desea Lamarca, que cuenta que el escenario se inauguró con “Traición”, de Harold Pinter, en homenaje a su maestro Agustín Alezzo. Después pasaron directores como Bernardo Cappa, Valeria Ambrosio, Mónica Viñao y Roberto Peloni. Marina cuenta que ahora se están enfocando en la producción: buscar materiales y producir contenidos propios. “Tenemos una sala de primera, equipada tecnoló- gicamente, acustizada, insonorizada, por lo que tenemos que apostar a producir desde este mismo lugar de excelencia. Debemos esforzarnos aún más para que también nuestra escuela sea el semillero de esta maquinaria, junto con artistas ya consagrados.
Para ese lado estamos apuntando”, afirma con firmeza y una sana ambición.
"Yo pienso que el teatro salva vidas, es un espacio de transformación", reflexiona Marina mientras observa a Gaby, el chico que limpia, que tiene 18 años, está terminando el secundario y se anotó en la escuela de teatro. "Anda chocho con eso".
Toda gente nueva
COMEDIA De Emiliano Delucchi. Con A.
Germaná, G. Arteta, G. Polonsky y M. Lamarca. Sáb., a las 21, en Teatro Border, Godoy Cruz 1838.