Tras el triunfo del Palmeiras en la Copa Libertadores 2020 este sábado y la obtención de su segundo título, los hinchas del club ignoraron las restricciones sanitarias contra el Covid-19 durante la celebración, en un momento en que el coronavirus repunta en Brasil, uno de los país con más fallecidos (casi 224.000) por la nueva enfermededad.
Esta final se trató de una edición particular por haberse disputado durante la pandemia, con dos equipos brasileños, en la que, además Boca Juniors y River Plate, finalistas en 2018, quedaron eliminados en las semifinales.
Según imágenes televisivas y fotografías divulgadas por la prensa local, cientos de aficionados salieron a las calles para recibir a la delegación campeona, que llegó pasada la medianoche de este domingo a la capital paulista, desde Río de Janeiro, donde ganó la final del principal torneo de clubes de América contra el conjunto brasileño Santos.
“Ya estoy sin voz de tanto gritar por el equipo. Somos campeones por jugar un buen fútbol”, señaló Jackson De Souza, un fanático de 50 años. Como otros tantos, De Souza se reunió la tarde del sábado para ver la victoria agónica 1-0 de su equipo contra el Peixe, pese a la fuerte presencia policial para evitar aglomeraciones en las cercanías del estadio.
Los campeones aterrizaron en el aeropuerto internacional de Guarulhos y partieron rumbo a la Academia de Fútbol, próxima a la sede social del club y a su estadio, el Allianz Parque, en la zona oeste de Sao Paulo.
Los seguidores del Palmeiras se aglomeraron hasta bien entrada la madrugada cerca del centro de entrenamiento del Verdao, muchos sin barbijos ni tapabocas, o utilizándolos de manera incorrecta, y sin respetar el distanciamiento social, ignorando así las medidas de restricción ordenadas por las autoridades locales para hacerle frente al avance del virus.
El club había anunciado la instalación de un “trío eléctrico”, un camión equipado con sonido de alta potencia, en la Academia de Fútbol, aunque al caer la noche del sábado canceló el evento por “protocolo sanitario”, según indicó en diálogo con periodistas locales.
La gobernación de Sao Paulo anunció, el 22 de enero pasado, un endurecimiento de las restricciones para luchar contra la pandemia en la capital y la mayoría de las ciudades del estado, entre las 20 y las 6 horas de lunes a viernes, y durante toda la jornada los sábados y los domingos. La medida, que rige desde el 25 de enero hasta el 7 de febrero, autoriza solamente el funcionamiento de servicios considerados esenciales.
El gigante latinoamericano, de 212 millones de habitantes, empezó a vacunar grupos prioritarios hace dos semanas. El 17 de enero, a través de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), el país autorizó el uso en carácter de emergencia de las vacunas del laboratorio chino Sinovac y del anglo-sueco AstraZeneca, el último paso que debía dar para iniciar la inmunización.
Con información de AFP.