Con la vista puesta en la temporada alta, Europa lentamente se está abriendo a viajeros de otros países tras más de un año de restricciones a causa del Covid-19, con la esperanza de atraer de nuevo a los turistas a sus paisajes y tesoros culturales.
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Sin embargo, no todos los países tienen los mismos requisitos de entrada. En Francia podrán entrar aquellos viajeros que hayan recibido una de las cuatro vacunas aprobadas por la Unión Europea -Pfizer-BioNTech, AstraZeneca-Universidad de Oxford, Moderna o Johnson & Johnson- siempre y cuando puedan presentar una prueba oficial que acredite que están inmunizados.
Las fronteras de Francia reabrieron oficialmente el miércoles. Los visitantes vacunados, tanto de fuera de Europa como de un puñado de países “verdes’', deberán presentar aún una prueba PCR negativa realizada no más de 72 horas antes, o un test de antígenos negativos de no más de 48. Los menores no inmunizados podrán entrar con adultos que si lo estén, pero los de más de 11 años tendrán que tener una prueba negativa.
El país prohíbe la entrada de turistas de 16 países que están luchando contra grandes brotes y variantes preocupantes, incluidos en una lista roja donde están India, Sudáfrica y Brasil. Las personas no vacunadas de países de la “lista naranja’', como Estados Unidos y Gran Bretaña, no pueden viajar por turismo y solo pueden entrar por razones específicas e imperativas.
En Italia, los estadounidenses, el segundo mayor grupo de turistas extranjeros que recibe el país, pueden viajar desde mediados de mayo pero deben hacer una cuarentena de 10 días a su llegada a menos que formen parte de uno de los llamados “vuelos anticovid’. En ellos, los pasajeros pasan una prueba antes y después de volar y deben rellenar documentos sobre su paradero para facilitar el rastreo si fuese necesario.
Esta norma se aplica a también a viajeros de países comunitarios y a los de los vuelos donde se realizan pruebas de detección del virus.
España, por su parte, inició su campaña de turismo estival el lunes recibiendo a visitantes vacunados de Estados Unidos y de gran parte del mundo, además de a europeos que puedan demostrar que no están contagiados.
España acepta a los inoculados con las cuatro vacunas aprobadas por la UE, además de con las dos chinas autorizadas por la Organización Mundial de la Salud, siempre y cuando completasen la vacunación al menos dos semanas antes de viajar.
Las llegadas desde Brasil, Sudáfrica e India están suspendidas de momento por la alta tasa de contagios allí, y los estadounidenses no vacunados y muchos otros no comunitarios no podrán pasar aún sus vacaciones en España.
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En Gran Bretaña, Londres implantó un sistema de colores, como los de un semáforo de tránsito, que evalúa el riesgo por países. Cualquiera que viaje entre Gran Bretaña y la Europa continental debe saber que además de los requisitos de aislamiento para quienes salgan o entren de suelo británico, la creciente preocupación sobre la variante delta del virus ha llevado a muchas otras naciones a imponer restricciones especiales para ellos.
La Unión Europea no tiene una política fronteriza o de turismo unificada frente al COVID, pero lleva meses trabajando en un certificado de viaje digital conjunto para los vacunados, quienes hayan pasado una prueba de detección reciente o hayan superado la enfermedad hace poco.
Este certificado gratuito, que contendrá un código QR con funciones de seguridad avanzadas, permitirá los desplazamientos entre las naciones del bloque sin necesidad de pasar cuarentenas o pruebas adicionales de coronavirus al llegar.
Varios países de la UE han empezado ya a utilizar el sistema, incluyendo España, Alemania, Grecia, Bulgaria, Croacia, República Checa, Dinamarca y Polonia. El resto se espera que comiencen a aplicarlo el 1 de julio.
Con información de AP