Desde hace décadas, Marcelo Polino se consagró como uno de los periodistas de espectáculos más importantes del país. Como panelista de Intrusos entre 2002 y 2004, como jurado del Bailando o conduciendo sus propios programas, siempre da de qué hablar.
Sin embargo, no fue fácil para él llegar hasta ese lugar. Así lo confesó durante su paso por Divina Comida, el ciclo de Telefe. "Yo sabía lo que quería y era ser famoso. Cuando vivía en el interior pensaba que ser famoso me iba a acercar a la felicidad, que eso me iba a hacer feliz", afirmó.
Polino no oculta sus orígenes: nació en la localidad bonaerense de Tres Arroyos, fue abandonado por su padre, transcurrió su adolescencia con sus padrinos y hasta pasó muchas noches durmiendo en la intemperie.
Sobre ese último punto también habló: "Mi objetivo era ser famoso y cuando estaba en la plaza pensaba 'lo voy a lograr, lo voy a lograr'. Y conseguí todo lo que quería". Ante la sorpresa de la anfitriona, Silvina Escudero, que le preguntó cómo hizo para escalar, él explicó su historia de vida (para muchos desconocida).
"Yo trabajaba de cadete y, caminando por la avenida Corrientes, vi una casa que vendía artículos de magia. Me transformé en mago", reveló. Entre risas, admitió que su primera experiencia laboral fue como animador de fiestas infantiles... ¡aunque solo conocía tres trucos!
Tanto Silvina como CAE, José María Muscari y Pía Slapka (los otros invitados) quedaron impactados.
Por increíble que resulte, fueron esas pocas tretas las que le abrieron las puertas de la fama. En palabras del propio Polino: "Un día me enteré que había una prueba de Pipo Pescador para elegir un mago. Cuando llegué había como 15 magos con valija, galera, frac y yo fui con mis tres trucos. ¿Y pueden creer que me eligió a mí? Un día le pregunté a Pipo por qué me eligió y dijo que es porque soy muy carismático y angelado", contestó.
Y concluyó: "Hace 30 años que estoy agarrado de esa frase".