Romina Uhrig alcanzó una gran popularidad tras su paso por Gran Hermano, un reality que suele abrir las puertas de la fama, pero que también expone a sus participantes a un nivel de presión y visibilidad difícil de sostener. Años después de haber salido de la casa más famosa del país, la exparticipante decidió hablar con honestidad sobre el duro momento personal que atravesó tras el final del programa y las consecuencias que tuvo la exposición mediática en su vida.
Si bien Uhrig logró mantenerse activa en los medios y consolidar un lugar en distintos programas, reconoció que el proceso posterior al reality fue mucho más complejo de lo que imaginaba. En una charla con Se Picó, confesó que atravesó una etapa muy oscura. “Estuve en un momento mal de mi vida e hice cosas que claramente no estaban bien”, aseguró, al tiempo que relató cómo esperaba los fines de semana para salir y cómo esas noches terminaban dejándola en un estado emocional y físico muy deteriorado.

La ex Gran Hermano explicó que logró salir adelante gracias al acompañamiento de su hija mayor y a su fe. Sin embargo, el camino no fue sencillo. En declaraciones posteriores a Infama, profundizó sobre el dolor que la llevó a caer en las adicciones. “Fue un momento de caída, de mucho dolor. Creo que el dolor me llevó a hacer cosas”, expresó, visiblemente movilizada.
Romina relató que la separación de sus hijas durante los días en que se iban con su papá la afectaba profundamente. “Cuando las nenas se iban con su papá yo no me podía quedar en mi casa, me tenía que ir porque me quedaba llorando muy mal”, contó. A eso se sumó el impacto de las críticas y comentarios que circularon sobre ella en los medios y redes sociales. “Todo lo que se dijo de mí tuvo consecuencias muy graves, me hizo meterme en la noche”, afirmó.
En ese contexto, reconoció haber sido vulnerable frente a una persona del ambiente mediático que la introdujo en el consumo. “Me convidó algo que me dio un momento de alegría, que no quería que se terminara más”, recordó entre lágrimas. Ese alivio momentáneo se transformó en una dependencia. “Empecé a consumir pastillas y no quería salir si no tenía eso. Lamentablemente no lo pude manejar”, confesó, al describir cómo esa búsqueda de felicidad inmediata terminaba dejándole un profundo vacío.
Finalmente, Romina contó que tras esa etapa llegó la depresión y los ataques de pánico, lo que la llevó a buscar ayuda profesional. El acompañamiento psiquiátrico fue clave para iniciar un proceso de recuperación y volver a sentirse mejor.
Qué es MD, la sustancia de la que habló Romina Uhrig
“Empecé a tomar pastillas y lo que le dicen MD”, contó, y admitió: “La verdad nunca me animé a probar nada más, pero no quería salir si no tenía eso. Empezaba a buscar, a buscar y si no conseguía me ponía agresiva”.
Tras su confesión, en redes sociales se generó la duda sobre qué es el MD. Según la organización de salud kidshealth, se trata del éxtasis (3, 4-metilendioxi-N-metanfetamina, MDMA) es una droga que se fabrica de forma ilegal.
Él éxtasis es una droga estimulante que puede causar alucinaciones. Se conoce como droga de diseño porque se creó con el objetivo de hacer que la gente se coloque y tenga subidones. Esta droga es popular entre los adolescentes y los adultos jóvenes que van a salas de fiestas, clubs nocturnos, conciertos y/o “fiestas rave” (de música electrónica).
Sus consumidores creen que la doga los hará encontrase bien y los mantendrá a flote y felices durante varios días sin necesidad de descansar. Pero la gente que toma éxtasis no es consciente de lo peligroso que puede ser.
Con su testimonio, Uhrig puso en palabras una realidad que atraviesa a muchos ex participantes de realities: el impacto emocional de la fama repentina y la importancia de pedir ayuda a tiempo.





























