Motivado por el amor hacia su pueblo, Nelson Salazar decidió aprovechar su talento innato para sacar fotos y salió a mostrar al mundo los mejores paisajes de Villa Llanquín, un pequeño pueblo ubicado a pocos kilómetros de Bariloche. Sus publicaciones se volvieron virales en Instagram y enamoró a todos con los magníficos atractivos que encierra este pequeño, pero mágico lugar.
Nelson tiene 31 años y nació en Bariloche, pero vive en Villa Llanquín, aclara el joven que es mozo en un bar de la zona. En sus ratos libres, le encanta sacar fotos a las bellezas de Llanquín, algo que comenzó como un hobby, pero que lo hizo reconocido por sus increíbles fotos y ahora se encarga de hacer recomendaciones a quienes quieran visitar esta pequeña localidad.
“Es una comunidad muy pequeña, ronda entre los 350 y 700 habitantes, por lo que no tiene hospital, así que la mayoría de las personas que estamos acá, hemos nacido en Bariloche y vinimos para Llanquín”, explicó a VíaPaís el joven patagónico y ahora entendemos por qué nació en la vecina localidad.
Y el amor por su pueblito lo reafirma en cada paso, ya que Nelson vivió en otras localidades como Bariloche y Dina Huapi, pero se dio cuenta de que lo que más le gustaba era estar en un lugar que fuera rural y mucho más tranquilo y Llanquín encajaba perfecto con su anhelo. “Es el lugar donde me gusta vivir: tranquilo, con poca gente, donde nos conocemos todos y tenemos una muy linda comunidad”, explicó.
Aunque en las redes es la estrella de Villa Llanquín, Nelson se dedica a algo totalmente distinto
“Mi trabajo no tiene nada que ver con la fotografía, soy mozo y también tenía un emprendimiento familiar, un patio cervecero que tenemos planeado reabrir el verano que viene”, comentó Salazar, además de explicar el curioso nombre del patio cervecero, Lucinel, pensado por sus padres, como fusión del nombre suyo y el de su hermana.
En cuanto a la fotografía, Nelson asegura que ama sacar fotos de paisajes, compartir las bellezas de su pueblo e interactuar con los turistas que quieren conocerlo, sin embargo, sostiene que no lo atrapa la idea de hacer eventos más privados o dedicarse a esto profesionalmente.
Si bien las redes sociales pueden ser una fuente de trabajo, por ahora Nelson solo lo toma como un juego o un espacio para mostrar la magia de Villa Llanquín. El joven asegura que se divierte mucho compartiendo fotos de su pueblo y dice que es algo que jamás imaginó que haría y, mucho menos, que tendría tanta repercusión.
“Yo simplemente subía lo que me gustaba hacer y con eso vinieron muchas cosas positivas y me metí en un mundo muy interesante”, comentó Salazar, refiriéndose a todo el cariño que recibe por redes cuando comparte cada uno de los paisajes.
La pandemia fue lo que lo impulsó a insistir con las redes sociales y la fotografía
El desembarco de Nelson en las redes sociales “va de la mano con la fotografía”. El joven recuerda que todo inició en 2017 cuando se pudo comprar una cámara y comenzó a probar: “Nunca hice un curso, todo lo que subo a las redes es autodidacta”. Él soñaba con sacar fotos, pero al no saber cómo usar el aparato, se frustró y la guardó por años.
Sin embargo, cuando empezó la pandemia, distintas cosas de la vida lo llevaron a quedarse en Llanquín por un tiempo sin poder moverse del pueblo y, para mantener su mente más ocupada, desempolvó la cámara y volvió a hacer fotos. Al ver los buenos resultados, comenzó a compartirlo por Instagram: “Empecé con una publicación de un caballo diciendo que iba a traer fotos todos los días y hasta el día de hoy no fallo, todos los días publico algo distinto”, cuenta.
El instagramer no esperaba la respuesta que encontró en las redes: “De a poco, me empezaron a llegar mensajes de gente que nunca me crucé en la vida deseándome buena onda y eso me motivó un montón”, cuenta. Con el tiempo, cada vez más personas lo empezaron a ver y hasta preguntar sobre cómo llegar o dónde hospedarse. Incluso, contó que su número de teléfono se hizo muy conocido y a diario le llegan mensajes con consultas. Nos confesó que está muy agradecido con sus seguidores porque lo incentivan a seguir creando.
“Con esto también se fue dando una gran responsabilidad, con el tema de la basura que tiran los turistas o cuando hacen fuego, hay que estar atento a esas cosas, promocionar tanto un lugar tiene sus pros y sus contras”, advirtió el rionegrino.
Recomendaciones para quienes vayan por primera vez a Villa Llanquín
Villa Llanquín queda en Río Negro, a unos 40 km de Bariloche. Se recomienda ir en auto: desde Bariloche se puede tomar la ruta 40 y luego continuar por la 237.
Para quienes quieran pasar un par de noches, hay algunas opciones de hospedaje para disfrutar el lugar a pleno: un camping y algunas pintorescas cabañas.
Nelson resalta la tranquilidad del pueblo y la posibilidad de descansar: “Lo que le digo a las personas que vienen por primera vez es que este lugar es ideal para quienes buscan desconectar de la rutina de ciudad y relajarse”.
En cuanto a actividades para hacer en Villa Llanquín, Nelson recomienda realizar una caminata por el Río Limay, navegarlo o ir a pescar, hacer circuitos en bicicleta y recorrer el lugar con libertad.
También nombró como un imperdible la feria del pueblo, que abre en temporada, se encuentra en la entrada del pueblo y ofrece productos regionales. Además, hay un impresionante campo de lavandas, Lavandas del Limay, que se puede visitar, conocer, comprar productos especiales e ir a tomar té.
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