Desde el pasado mes de febrero las dotaciones cientifico-militares que habitan el continente blanco se encuentran prácticamente aisladas. Debido al contexto mundial de pandemia por Coronavirus la Antártida extremó sus medidas de prevención. Las bases Argentinas fueron las primeras en aplicar los protocolos de emergencia con el fin de salvaguardar la integridad física de los 230 compatriotas que viven en las 6 bases fijas con las que cuenta el país en ese territorio.
Tareas de desinfección, reducción de vuelos de carga y restricción de contacto con personal de bases de otros países, son algunas de las medidas del protocolo para evitar que el Covid-19 penetre en el único lugar del mundo que hasta ahora continúa a salvo.
En este sentido el Vicecomodoro Pablo Díaz, comandante de Base Marambio, contó a Télam que "los vuelos que no se pudieron suspender cumplen con estrictos protocolos, cada carga es desinfectada cuando se prepara, cuando se sube al avión y cuando la descargan en la pista; además son las tripulaciones de los aviones las que descargan los bultos en la pista para que la dotación de la base no tenga contacto con nadie del exterior, y una vez que el avión despega vamos nosotros, desinfectamos de nuevo todo y recién después se manipula", detalló.
Además agregó "valoramos cosas que parecen mínimas, como que acá podemos andar sin barbijo, o tomar mate juntos, o abrazarnos".
A su vez en la Base Belgrano "por las características y el clima de la posición de Belgrano II es casi imposible tener contacto con el exterior más allá del verano; hasta el momento hemos podido cumplir con todos los objetivos desde el punto de vista logístico, como así también, los objetivos específicos de las investigaciones realizadas en el laboratorio multidisciplinario", comentó Nicolás Barrios, jefe de la base Belgrano II. Y contó "todos los integrantes de la dotación se comunican diariamente con sus familias, estamos muy pendientes de cómo evoluciona la situación en el resto del país."
Mientras que el capitán Damián Kessy, jefe en la Base San Martín manifestó "la actividad en la base no se vio afectada por el protocolo, porque los únicos contactos que tenemos con el exterior son los cruceros turísticos que nos visitan en verano y que este año disminuyeron muchísimo por la pandemia.
Cabe destacar que el continente antártico en este 2020 esperaba la visita de 80 mil turistas lo que se redujo 40 mil solo en verano y finalmente quedaron suspendidas desde fines de febrero como medida de prevención.
Finalmente el Comandante de la base Esperanza, el teniente coronel Norman Walter Nahueltripay manifestó "esta es una base que recibe mucho turismo antártico de distintos lugares del mundo, y lo que se estableció fue que el comandante y el médico de cada crucero debían presentar por escrito una constancia de que los pasajeros que se iban a acercar a la costa no presentaban síntomas compatibles con la enfermedad. "Esta medida surgió ya que como es una base en la que convivimos mayormente en familia, no quisimos exponer a nuestras parejas e hijos". Explicó Nahueltripay.