Son masajistas del alma, hacedores de sonrisas, allí, donde más se las necesita. Aparecen y le cambian el ánimo hasta al más vulnerable de los humanos sin distinción de edades.
La risa es un arma poderosa: cura, levanta el ánimo, bien predispone, sana. La alegría se contagia. Los integrantes de la Compañía de Payasos “Había una vez” bien lo saben, y la regalan a “Troche y moche” a quienes más lo necesitan.
El pasado 2 de abril cumplieron siete años de actividades, desde aquel primer taller de clown que invitaba a jugar y a ponerse la nariz.
Siempre comprometidos con las causas sociales, participaron y siguen acudiendo cada vez que una causa benéfica o solidaria lo requiere.
Su actividad es inmensa e incesante y transcurre entre visitas a jardines de Infantes, escuelas y actos a beneficio, sin olvidar sus visitas semanales al área de pediatría del Hospital Pirovano donde las llamadas “Payaguardias” recorren las habitaciones visitando a los más chiquitos.
“Había una vez” hizo extensiva esta modalidad y dos veces al mes viajan a Bahía Blanca para visitar hospitales, al igual que lo hacen dos veces al año en la ciudad de Buenos Aires.
Este último aniversario los encontró viajando hacia Bahía Blanca para asistir al “Club de los Peladitos” donde cada mes se festeja el cumpleaños de los niños bajo tratamiento oncológico, que acompañados de sus familiares reciben todo el amor y la alegría de este grupo de payasos cuya intención es acompañar, ayudar y llevar alegría para atravesar los difíciles problemas de salud de los pacientes. “El Club de los Peladitos” se encarga de realizar seguimiento de 70 niños y niñas.
Previamente a los festejos de los cumpleaños, La Compañía estuvo visitando el Hospital Penna y por primera vez al Hospital Italiano, donde además de llevar regalos para sus amiguitos, realizaron juegos en los pasillos y las habitaciones con los niños y los adultos que se sumaron con entusiasmo.
Gerardo Christensen integrante de la Compañía de Payasos “Había una Vez indica que: “Cada salida es diferente, es intensa y demuestra cuanto podemos lograr a través del juego, con la nariz y una sonrisa; Lo importante que es dedicar tiempo y poder pasar un rato distinto olvidando por un momento la realidad que vive cada familia que se encuentra en internación”.
“Poder compartir estos encuentros son los que nos hacen recorrer kilómetros todos los meses a cambio de risas y charlas con amiguitos del club que se han conocido por las “payallamadas” en pandemia y las nuevas familias formando vínculos de amor, contención y juego”.
Christensen en representación de todos los payasos de la compañía agradece a todos los tresarroyenses que colaboran durante todo el año asistiendo a los show que le permiten a la compañía, solventar los gastos de cada viaje.
Para finalizar desde la Compañía “Había una vez” invitan a sumarse a todos los interesados al Taller de Payaso Hospitalario y Clown que se dicta en la Biblioteca Sarmiento los días jueves a las 20 horas y está a cargo de Gerardo Christensen.