Por fin el clima le dio una tregua al norte santafesino, jaqueado desde hace semanas por el severo temporal que afectó casi 400 hectáreas y dejó 200 evacuados. Desde el viernes por la noche y durante la jornada del sábado no se registraron grandes lluvias, lo que permitió controlar la situación y finalizar una serie de defensas para evitar desbordes.
En algunas zonas como El Nochero el agua empezó a bajar, lo que permitió que grupos de personas pudieran volver a sus casas, más allá de que todos siguen atentos al pronóstico que podría traer malas noticias.
No obstante esta pausa permitió que se llevaran adelante las primeras recorridas para analizar los perjuicios que dejaron las intensas lluvias e inundaciones. Personal de Senasa estuvo recorriendo el centro norte del departamento 9 de Julio para analizar el impacto de la crisis hídrica en la agricultura, comprobando la existencia de grandes pérdidas y complicaciones, publicó El Litoral.
Los daños llegaron al 100% de los cultivos de Gregoria Pérez de Denis y Santa Margarita, cerca del 95% en Gato Colorado, y aproximadamente el 85% en San Bernardo y Villa Minetti. Los más afectados fueron los lotes de algodón, aunque también hubo pérdidas en soja y girasol, a lo que se suma la grave situación del sector ganadero.
Para dimensionar el catastrófico escenario, en 30 días llovió el promedio anual del área, según los técnicos del Inta. A esto se sumó el agua que Chaco y Santiago del Estero se sacaron de encima, perjudicando a Santa Fe. Advierten que esta tregua podría no durar demasiado, y por eso se mantienen los comités de crisis en alerta.
Además, fuentes oficiales advirtieron que ahora empieza el desborde de arroyos y ríos, lo que pone en emergencia a varias localidades del centro y sur de la provincia, que hasta ahora no se habían visto afectadas.