El miércoles el oficial principal Walter Miranda declaró y se quebró al contar el momento en el que le disparó en la cabeza a la cadete de Policía, Casandra Anabel Fernandez, durante una práctica en el cerro Retana, de San Luis, en noviembre de 2012. En su relató contó por qué olvidó que el arma reglamentaria, con la que efectuó el disparo, estaba cargada.
El policía declaró durante una hora ante la Justicia e insistió en que: "Yo cuidaba a los cadetes". Sostuvo que olvidó que su arma estaba cargada porque iba a ir a una competencia de disparos y le cambiaron los planes, por lo que en el apuro, y el cansancio, no lo recordó.
Miranda dijo que había dormido solo cinco horas durante los tres días en los que participó de las instrucciones a los 70 aspirantes a policía.
Explicó que cerca de las 18:45 había quedado en participar de un campeonato de tiro junto a otros instructores donde el premio para el ganador era un asado. Cuando iba hacia el polígono a competir con sus camaradas un superior le dijo que debía quedarse a enseñarle a los alumnos a realizar la "Custodia VIP", una práctica que consiste en formar un diamante de hombres con una persona dentro que simula ser la figura protegida. Fuera, está el "satélite", quien actúa como atacante y tiene como misión irrumpir en el grupo.
Según informó El Diario de la República, Miranda consideró que los chicos estaban cansados y por eso quiso golpear dos veces el arma para despertarlos, pero ante el primer impacto, la bala salió y alcanzó a Casandra. El instructor estaba arriba de una roca, con su pierna derecha en la parte alta, e incómodo por un problema que arrastraba en su tendón de Aquiles.
Miranda confesó que además, según sus compañeros, tuvieron que sacarle el arma, porque en ese momento, ante el fatídico hecho, intentó suicidarse. Dijo que su mente quedó en blanco. Recordó que despertó y estaba acostado en la carpa, luego fue trasladado a la Comisaría del Menor, donde se juntó con su mujer a quien le contó que estaba ahí por que le había disparado a una cadete. Ya estaba detenido.
El día del fatídico hecho
Casandra cumplía el rol de la figura protegida, a quien debían proteger de un posible ataque. Esta estrategia es utilizada para resguardar a famosos, políticos o personalidades que necesiten mayor seguridad.
La fiscal de Cámara 1, Carolina Monte Riso, dijo que además de los cadetes, en estas últimas audiencias declararon médicos. Entre ellos, Eugenia García, quien subió al cerro Retana a hacer la atención primaria; un neurocirujano y una doctora de la guardia de Cirugía. También el paramédico Morales, que estaba en el campamento, y el comisario Sergio Camargo, a cargo del entrenamiento.
Miranda hacía cuatro años que no participaba de esas prácticas porque estuvo con parte de enfermo un tiempo importante. Dijo que cuando sucedió el hecho, era la segunda o tercera vez que participaba, y hacía seis años que no disparaba con esa arma. Además, dijo que "en ninguna lista de las actividades pactadas figuraba la que a él le designaron realizar ese día".
García fue a pie, acompañada por baqueanos. "Dijo que cuando llegó la cadete estaba estabilizada hemodinámicamente gracias a los primeros auxilios que le había brindado el paramédico Morales y que había perdido masa encefálica. Ya no tenía hemorragia y la mantuvieron estable hasta que llegó el helicóptero y la trasladaron al Hospital San Luis", señaló Monte Riso.
El neurocirujano relató que cuando recibió a Casandra en el hospital no estaba en coma, estaba estabilizada. "Luego, cuando abrió el cráneo para realizarle un 'toilette quirúrgico' (limpieza) encontró restos de masa encefálica. Es decir que el cerebro estaba licuefacto, y limpió la zona para evitar infecciones", detalló.
Casandra permaneció en terapia intensiva hasta que el edema cerebral la llevó a la muerte cerebral 13 días después del hecho, el 27 de noviembre.