La Justicia de San Luis condenó a dos hombres por violar a una adolescente

Uno fue sentenciado a 15 años y el otro a 13. En el 2016 interceptaron a una nena que se dirigía a la escuela y la abusaron sexualmente cerca de las vías del tren. 

Aberrante episodio de abuso sexual infantil.
Aberrante episodio de abuso sexual infantil.

La Cámara Penal 1 de San Luis sentenció a Rubén Hugo García y Cristian Ramón Escudero, quienes hace casi dos años cumplen prisión preventiva en el Servicio Penitenciario Provincial, a 15 años de prisión y al segundo a 13. Los condenaron por haber violado a una chica de 13 años, el 19 de octubre de 2016, en el barrio Eva Perón de Villa Mercedes, a la altura de las vías del ferrocarril.

Según publicó El Diario de la República, García fue condenado como "autor penalmente responsable de abuso sexual con acceso carnal doblemente calificado por la participación de dos personas y el empleo de un arma" y Escudero como partícipe necesario del mismo delito, informó la Dirección de Prensa y Comunicación Institucional del Poder Judicial.

Antes de la resolución de las penas de los imputados, la fiscalía y la defensa plantearon cuál debería ser, a su manera de ver, la pena que correspondiente y sus argumentos.

El defensor Víctor Endeiza y el fiscal Néstor Lucero. Foto: Prensa Poder Judicial.
El defensor Víctor Endeiza y el fiscal Néstor Lucero. Foto: Prensa Poder Judicial.

Por su parte, el fiscal Néstor Lucero remarcó la importancia de las pruebas recolectadas en la investigación y también al reconocimiento de los acusados que hizo la víctima en su momento. Para él, las pruebas coinciden con los acusados. Dijo, además, que existió una cosificación porque "observaron a la menor como un objeto por el sometimiento ejercido sobre ella".

Además subrayó ​que los "elementos probatorios estaban acreditados y que los testimonios logrados fueron contundentes". Señaló también la existencia de agravantes: los antecedentes penales de García y Escudero y el aprovechamiento del estado de vulnerabilidad. Por todo ello solicitó que fueran castigados a 20 años de cárcel.

La defensora de Menores 2, Yesica Soledad Agüero, dijo, por su parte, que la declaración de la adolescente fue verosímil y destacó los testimonios de los profesionales de la Cámara Gesell y el examen médico hecho por la pediatra que revisó a la menor. Recordó las palabras de la madre de la damnificada, quien dijo que el abuso dejó secuelas en la salud de su hija, que afloran en ciertos comportamientos.

Para Agüero lo que vivió la nena la tarde en cuestión fue "doloroso, intrusivo y abrumador". Coincidió con el pedido de pena hecho por Lucero.

El defensor de Cámara, Víctor Endeiza, cuando llegó su turno expresó que el abuso no quedó acreditado con el grado de certeza necesario, dado que sólo existió una única fuente de prueba. "El convencimiento de la víctima respecto a la identificación de los acusados no llegó por la visión de su propia experiencia, sino por lo sucedido alrededor en el transcurso de la investigación", manifestó. También remarcó que la declaración de la madre de la damnificada se contradijo con el de su hija. Y por eso solicitó que sus representados fueran absueltos por el principio de la duda o, al menos, que fueran castigados con la pena mínima.

Sin embargo los camaristas Virna Milena Eguinoa, Susana Bravo y Eduardo Sebastián Cadelago Filippi aplicaron la pena que consideraron.

Reconstrucción de los hechos

Según investigadores, el abuso ocurrió entre las 13:40 y las 14. La chica acababa de salir de su casa y se dirigía a la escuela. Cuando retomó por un camino de tierra próximo a las vías del antiguo ferrocarril fue sorprendida por la dupla. Uno de ellos, Escudero, la tomó por atrás, la llevó unos metros y la redujo para facilitarle a García la tarea de someterla. No fue sólo con la fuerza de sus brazos como lograron eso, también se valieron de un arma de fuego para intimar a la adolescente.

Después de violarla, los hombres escaparon. La niña se levantó y se fue a la escuela. Llegó alterada. En el establecimiento lo notaron y le preguntaron qué le había pasado. Ella contestó que le habían robado. No se le ocurrió decir otra cosa, los escalofríos por lo que acababa de sufrir la habían paralizado.