Un casamiento de por sí suele ser un acontecimiento que emociona a todos los asistentes y a muchos de quienes lo ven. En el medio día del sábado 22 de octubre, una pareja de sanjuaninos conmovió a toda la provincia cuando luego de dar el sí ambos se retiraron en un medio de trasporte un poco inusual, dejando de lado el tradicional auto.
Se trataba de Melina Leveque y Diego Roble, una pareja de novios que decidieron irse de la Basílica Nuestra Señora de los Desamparados, no en un auto sino en dos antiguas bicicletas adornadas para la ocasión.
Lejos de seguir todas las tradiciones, la pareja oriunda de San Juan, contó el detrás de la decisión que conmovió a todos quienes los vieron desfilar por las calles de San Juan. Ella vestida de blanco y el de traje, los dos con una sonrisa de oreja a oreja pedalearon hasta su fiesta de recién casados.
La historia de la pareja que se fue de su casamiento en bicicleta
Detrás de esta decisión, hay una historia de amor y bicicletas que viene desde hace años en la Provincia de San Juan. Lejos de ser un capricho, la historia de esta pareja siempre fue en bicicleta.
“Nosotros cuando nos conocimos, allá en el 2006, Melina iba al último año del secundario y yo estaba recién llegado a San Juan desde el sur y había entrado a la facultad. Yo iba en bicicleta a la facu y hacía todo en bicicleta, cuando nos conocimos, Meli me empezó a visitar en bicicleta, yo la iba a ver en bicicleta, salíamos juntos… Era todo así”, contó Diego en diálogo con Diario La Provincia SJ.
Es por esa razón que la pareja decidió dejar atrás la clásica tradición del auto y se animaron a utilizar, en el inolvidable día de su casamiento, dos bicis antiguas con adornos florarles en colores cálidos que los acompañaron a la salida de la iglesia.
Los recién casados ya llevan varios años juntos, muchas anécdotas compartidas y dos hijos en el medio y contaron que a pesar de que ahora cuenta con un auto, la bicicleta siguió formando parte de sus vidas.
“Siempre anduvimos en bici, era como una salida romántica nuestra salir a andar en bici. Cuando nos encontrábamos muchos baches gritábamos ‘¡Turbulencia!’ y era muy gracioso. Ahora en el casamiento, yo me había olvidado de eso y Meli se acordó, nos encontramos una parte medio flojita y ella gritó ‘¡Turbulencia!’… nos reímos mucho, nos emocionamos porque nos acordamos de esos momentos”, comentó Diego.
El momento de salida de los recién casados emocionó a todos los que transitaban por la Avenida Libertador, ya que todos los presentes comenzaron a saludarlos y a grabar el momento que se convirtió en una bocanada de dulzor en la tarde sanjuanina.