Familiares y amigos marcharon para pedir justicia por las dos nenas sanjuaninas atropelladas en la localidad de Pocito, este último viernes. Las víctimas fueron identificadas como Ailén Páez y Julieta Farías, y tenían apenas 11 años. El sujeto que las embistió, mientras cruzaban la calle, manejaba en estado de ebriedad y se entregó en la policía casi seis horas después de la tragedia.
"Voy a dar mi vida para que le den perpetua. Me quitaron a mi chiquita", expresó entre lágrimas Noelia Quiroga, mamá de Ailén. Entre dolor e impotencia la mujer, junto a sus seres más cercanos, exigió que el conductor, identificado como Eduardo Arenas, no quede libre. "Venía sin luz, a toda velocidad", exclamó una vecina y testigo del siniestro a Tiempo de San Juan.
Lo que se sabe del siniestro es que las dos menores intentaban cruzar calle Mendoza, entre Calle 13 y 14, cuando fueron sorprendidas por un Peugeot 404 de color blanco. El vehículo mató en el acto a una de las nenas y otro, que terminó perdiendo la vida en el hospital, la arrastró al menos 100 metros. Luego abandonó a las víctimas y huyó.
Todas las fuerzas policiales de la provincia emprendieron un operativo para dar con el autor del siniestro. Sin embargo en la madrugada del sábado y acompañado por su abogado, fue Arenas quien se presentó voluntariamente en la sede policial.
En la comisaría fue sometido a un examen toxicológico, que terminó dando positivo para alcohol. Según fuentes policiales, el conductor de 30 años tenía 1,19 gramos de alcohol en sangre (0,5 es el tope por ley), es decir que al momento del accidente conducía totalmente borracho.