Docentes de Salta denuncian la presencia de boosters sísmicos de camino a las escuelas

En diálogo con VíaPaís, advirtieron sobre la presencia de explosivos sobre la Ruta Nacional 86, cerca del gasoducto. Ya hubo accidentes, pero las autoridades provinciales no dan respuestas.

Docentes de Salta denuncian la presencia de boosters sísmicos de camino a las escuelas
El norte de Salta está lleno de boosters sísmicos.

Desde hace años, las escuelas y comunidades rurales mayormente del norte de Salta se han visto rodeadas de boosters de prospección sísmica. Y a pesar de los accidentes que esto ha provocado, el gobierno provincial aún no se ha manifestado al respecto.

Javier Oviedo, un docente salteño, denunció esta triste realidad en diálogo con VíaPaís. El mismo trabaja en La Mora, sobre la Ruta Nacional 86; se desempeña en el Colegio secundario rural 5199 sobre el kilómetro 4, y en el Colegio secundario rural 5200 en el kilómetro 6.

Si bien en 2023 se hallaron varios explosivos de este tipo, el primero se encontró en 2016, pero aún así no se registró ningún acta al respecto: “Siguen sin escucharnos, nosotros tenemos que pasar por un campo minado para enseñar y los chicos para aprender. La verdad que es doloroso”.

Booster sísmicos en Salta: cómo aparecen en la ruta 86

En la época de 1980 -según explicó Oviedo-, cuando YPF aún era una empresa estatal, tenía en esos lugares la posibilidad de explorar bajo la tierra, y con dichos explosivos lograba abrirse paso en la búsqueda de gas y petróleo, entre otras cosas.

La ruta 86 es pura greda, es decir, está constituida por este tipo de arcilla arenosa de color blanquecino, el cual con el contacto del agua se ablanda. Frente a un clima de precipitaciones, los boosters que descansan escondidos en el suelo son arrastrados hasta la superficie, y caen allí donde el nivel es bajo.

Dentro de la provincia de Salta ya hay varias localidades afectadas, como por ejemplo Orán, Pichanal y Tartagal. Ahora bien, estiman que aún persisten otros miles de explosivos más en territorio jujeño, alertando incluso a las provincias vecinas.

Una familia salteña pasó con su auto sobre un booster sísmico y explotó

El domingo 8 de enero de este año, en horas de la tarde, mientras una familia viajaba en auto por la localidad salteña de Tartagal, sufrieron un accidente y debieron ser internados. El vehículo pasó sobre una de estas bombas y explotó.

Lejos de alertar a las autoridades, no se desarrolló ninguna audiencia al respecto. De esta manera, el 14 de febrero se hallaron 4 explosivos más, según denunciaron vecinos de la zona; personal de Gendarmería Nacional informó -sin embargo- que tan sólo descubrieron uno.

La Agrupación Docentes Activos advierte sobre el peligro de los boosters cerca de un gasoducto.
La Agrupación Docentes Activos advierte sobre el peligro de los boosters cerca de un gasoducto.

Desde la Agrupación Docentes Activos, a la cual pertenece Javier y consta de un pequeño equipo de docentes de Salta sin personería jurídica ni participación política, se comunicaron con las autoridades provinciales e incluso hicieron un ayuno en Pichanal para visibilizar esto.

Nada cambió y el 29 de marzo se tomó conocimiento de la aparición de otros tres aparatos con carga sísmicas en el kilómetro 4, cerca del 3. “Nos llegó la noticia y fuimos hasta el lugar, donde ya estaba la policía. Habían hecho el cercado y el perimetral con la gente”, recordó el maestro.

Preocupa la constante aparición de boosters sísmicos en la Ruta Nacional 86, Salta.
Preocupa la constante aparición de boosters sísmicos en la Ruta Nacional 86, Salta.

Y aunque desde el cuerpo militar reconocieron la presencia de esta cantidad de bombas a la vera de la ruta, las autoridades siguieron apostando al silencio. “Llevamos la petición a la Cámara de Diputados de Salta, a la de Senadores, al Ministerio Público, a la Catedral. Sólo nos respondieron en forma de eslogan que se incrementó un 128% el presupuesto para la educación”.

Las bombas rodean a los colegios y a las comunidades originarias de Salta

En aquella zona donde Oviedo trabaja, no sólo hay escuelas primarias y secundarias, sino también jardines de infantes e incluso están establecidas comunidades originarias que a diario se encuentran con estos escenarios. Más de un niño ha agarrado dichos explosivos con sus manos sin entender de qué se trataba.

Cabe destacar que estas bombas pueden explotar ante el más mínimo movimiento, por lo que la policía y los bomberos deben detonarlos en el lugar donde se hallaron y bajo una distancia prudente. En algunas ocasiones, se han tenido que evacuar a alumnos de sus colegios.

Javier Oviedo con un booster sísmico ya detonado.
Javier Oviedo con un booster sísmico ya detonado.

Con el pasar de los meses, nuevos explosivos siguieron apareciendo. El último registro evidencia que el sábado 22 de abril hallaron dos más en Tartagal, al costado de la Ruta 86 sobre el kilómetro 4, justo entre las comunidades originarias el Crespín, el Lucero y Fwolit.

Boosters sísmicos en Salta: el silencio de las autoridades y el dolor de los docentes

“Nosotros nos aguantamos el hambre, pero los chicos no; ellos pasan mucha hambre, no tienen ropa a veces, y encima ahora los boosters. Hay tanta falta de humanidad, estamos tan acostumbrados a vivir sin corazón”, expresó el docente con la voz cargada de angustia.

Ha acudido a varios medios de comunicación para visibilizar esta problemática frente a la negativa de las autoridades, pero aún así denunció una bajada de línea. Laburando de lunes a domingos, con sueldos bajos y haciendo ayunos a modo de huelgas, desde la agrupación ADA viajaron a distintos puntos de la provincia para protestar.

Docentes de Salta denuncian la presencia de boosters sísmicos de camino a las escuelas.
Docentes de Salta denuncian la presencia de boosters sísmicos de camino a las escuelas.

“Las personas que están en el Ministerio de Educación deberían abrazar la cultura y el diálogo, pero aun así nadie nos da respuestas”, se quejó. Luego, sumó: “Queremos una solución ahora. Si no pueden sacar los boosters sísmicos del lugar, aunque sea que creen una ruta alternativa, un camino aparte, asfalten las calles, algo”.

Tanto sus alumnos como las familias de ellos les piden a diario que intenten hacer eco de esta realidad. Ya es parte de su cotidianidad pasar al lado de estos explosivos, que los miran con indiferencia cada día de camino a sus colegios.