Diego Maradona siempre dio lugar a las sorpresas, y una mayúscula se produjo en 1993, cuando anunció que jugaría en Newell’s. El más grande de todos los tiempos se puso la rojinegra y cambió la vida de los leprosos para siempre.
Fue el 13 de septiembre de 1993 cuando Diego estuvo en el primer entrenamiento de Newell’s. La dirigencia lo abrió al público y 40 mil personas se acercaron a presenciarlo. Un Diego muy flaco y en gran estado de forma, fue ovacionado hasta por sus propios nuevos compañeros.
Para su presentación habría que esperar al 7 de octubre de 1993, cuando se realizó un amistoso entre Newell’s y Emelec de Ecuador. Maradona ingresó al Coloso Marcelo Bielsa junto a sus por entonces pequeñas hijas, Dalma y Gianina. Pocos días más tarde, el 10 de octubre, jugó un partido oficial ante Independiente, y fue derrota 3 a 1. De aquel encuentro quedó la imagen con Maradona ensayando una rabona ante su compañero de la Selección, el arquero Luis Islas.
Luego el Diez jugaría además los partidos contra Belgrano, Gimnasia y Esgrima de La Plata, Boca Juniors y Huracán. En este último encuentro, disputado el 2 de diciembre de 1993, sufrió un desgarro muscular que lo alejó por unas semanas del campo de juego. Sin embargo algo había cambiado en ese entonces, porque el técnico que había avalado su llegada, Jorge Solari, había sido sido reemplazado por Jorge Castelli, con quien no tuvo buena relación porque no le aceptaba permisos especiales.
Su último encuentro en el club fue otro amistoso, disputado el 26 de enero de 1994 ante Vasco da Gama de Brasil. En total fueron cinco partidos oficiales sin goles con la camiseta de Newell’s, más dos amistosos.
Ya retirado, Maradona volvería al Coloso a presenciar algunos partidos en calidad de hincha, y recién el año pasado lo hizo como DT de Gimnasia de La Plata, donde fue homenajeado por todos los hinchas y jugadores rojinegros.