A días del ACV que dejó en estado crítico a Alejandra “Locomotora” Oliveras, el médico que encabezó su intervención quirúrgica, el neurocirujano Alejandro Musacchio, brindó declaraciones profundas sobre el cuadro de la exboxeadora y la patología que lo originó.
“El estado es muy grave. El estado irreversible siempre nos puede dar una sorpresa. Ella está siempre igual después de la cirugía que se hizo”, sostuvo el especialista, en un testimonio que combina realismo médico y una pequeña luz de esperanza.

Musacchio explicó que Oliveras padecía una enfermedad de base en la arteria carótida derecha, donde se originó la obstrucción que derivó en el ACV. “La arteria carótida en la resonancia magnética casi estaba obstruida. Tenía calcio depositado”, detalló.
Según el especialista, se trataba de un problema “viejo, antiguo, de años”, lo que refuerza la idea de que la deportista convivía desde hace tiempo con una afección silenciosa que terminó por manifestarse de forma devastadora.
En sus palabras, la exboxeadora tenía “todo su espíritu bondadoso para las demás personas”, pero admitió que “tuvo un poquito de falta de control” respecto a su salud personal, lo que sugiere una desatención en los chequeos médicos.

El cuadro neurológico actual, según el médico, es de extrema gravedad pero con estabilidad dentro de esa condición. “Está grave, pero está estabilizada en esa gravedad”, dijo, marcando que su estado permanece sin mejoras desde la cirugía descompresiva.
La intervención quirúrgica se realizó tras detectar un edema cerebral por el ACV isquémico, producto de la obstrucción en la arteria. Musacchio indicó que el diagnóstico por imágenes fue clave para tomar decisiones rápidas.
La familia, mientras tanto, continúa pidiendo cadenas de oración y evitando dar partes sin autorización médica. El testimonio del profesional deja en claro que el camino hacia la recuperación es incierto, pero no completamente cerrado.