De raíces rosarinas y una historia sumamente peculiar, el Amargo Obrero es capital cultural de la ciudad desde el 2017 y recientemente se hizo un merecido lugar entre los 10 mejores licores de hierbas del mundo, según la prestigiosa publicación gastronómica internacional Taste Atlas.
Si en 2024 se subió al Top Ten, es porque el año pasado quedó entre los mejores 50 de aquella publicación. En esa ocasión, se le dedicó una reseña a las remembranzas de su sabor, para una identificación más neutral: “Amargo Obrero es un amargo de color marrón oscuro que se caracteriza por su sabor a hierbas, casi a regaliz”.
No es que muchos sepan cuál es el sabor del regaliz en Argentina, pero generación tras generación, pocos desconocen el efecto fuerte de un primer trago de Amargo Obrero.
¿cuál es el origen del amargo obrero?
Su nacimiento está fechado en 1887 y en su trasfondo relata una perspicaz rebelión obrera: en esa época las clases acomodadas se caracterizaban por un particular apego a las bebidas dulces y ligeras y, en su necesidad de diferenciarse del burgués, las enturbiadas masas de trabajadores crearon una bebida amarga, oscura y con un distintivo sello de italianidad en su origen.
El primer intento lo hizo Pedro Calatroni, con vasta experiencia en la fabricación de licores y destilados alcohólicos. Años más tarde se le unió Hércules Tacconi, que se asoció a Calatroni para darle al aperitivo un empuje dentro de la clase popular y obrera, que lo adoptó rápidamente como bebida favorita.
¿Cómo se compone el amargo obrero?
En su composición, la bebida posee una mixtura de hierbas aromáticas serranas y litoraleñas como la carqueja, la manzanilla y algo de muña muña. Tiene una graduación alcohólica del 19%, lo que lo hace menos alcohólico que otras aperitivos populares como el Fernet.
La etiqueta de la botella complementa el mensaje: una mano alzada con una hoz y un manojo de trigo, delante de un paisaje donde se combinan el campo, las fábricas y la industria, con un sol naciente coronando la jornada laboral de cada día. Abajo, una frase histórica: “El aperitivo del pueblo argentino”.
patrimonio cultural de rosario
Los años hicieron del Amargo Obrero más que una bebida. Su presencia en las mesas familiares remonta el súbito recuerdo de muchos rosarinos y argentinos al lugar de origen. Por eso, en 2017 un decreto unánime del Concejo rosarino lo declaró Patrimonio Cultural de la ciudad.
El decreto dice que su creación es una alusión al sindicalismo anarquista, caracterizado por los colores rojo y negro de la etiqueta. “Luego en el tiempo fue adoptado por el peronismo, constituyéndose en un símbolo de ese partido político, que lo identificó como el aperitivo elaborado por y para la clase trabajadora argentina”.
Con los años recuperó su lugar en las mesas familiares y de amigos. Junto con el Fernet, es una de las bebidas que, en cualquier parte del mundo, hablan de argentinidad.