Desde 2020, la cantidad de homicidios en Rosario creció sin pausa, aunque la tendencia empezó a cambiar en los últimos meses. En ese contexto, el crimen de Leoncio Bermúdez sacudió a las fuerzas de seguridad. Se trata del cuarto policía asesinado en menos de un año en la ciudad y el caso también encendió el alerta entre el personal de salud.
El subinspector de 42 años trabajaba en el Hospital Provincial desde principios de 2017. Este martes a la noche recibió dos balazos a quemarropa cuando salió corriendo hacia la puerta de la guardia, donde pacientes y familiares huían ante la presencia de delincuentes armados.
Al igual que Bermúdez, otros tres policías fueron asesinados entre diciembre y septiembre en Rosario. Los casos difieren por las circunstancias, ya que algunos estaban en servicio y otros realizaban actividades distintas, aunque vinculadas a su rol en la fuerza.
La última víctima tenía dos hijas y una de ellas estaba en el destacamento de Zeballos al 400 a la hora del ataque. Según los investigadores, el autor del crimen había ingresado con tres cómplices para buscar a un preso internado, pero escaparon después de un forcejeo con agentes del Servicio Penitenciario.
Bermúdez quedó en estado crítico por heridas en el cráneo y el pómulo. Luego del ataque lo trasladaron al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) y falleció antes de la medianoche.
Adicionales irregulares, robos y allanamientos con policías asesinados en Rosario
Exactamente dos meses antes del homicidio en el Hospital Provincial, otro policía fue asesinado a balazos frente a la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de Rosario. Dos delincuentes emboscaron a César Carmona antes de que ingresara a las oficinas de Lamadrid al 500 y huyeron en automóvil.
Según el Ministerio Público de la Acusación (MPA), el inspector de 50 años fue víctima de un intento de robo luego de su trabajo en una financiera del centro, donde prestaba servicios adicionales. Cinco días más tarde, Agustín Almirón (22) y Fernando Cabrera (21) quedaron bajo prisión preventiva como coautores del homicidio y Alan Nahuel Aragón fue imputado como partícipe primario.
A principios de año, otro uniformado falleció en la puerta de un cantobar del barrio Stella Maris. Ricardo Medini fue víctima de una balacera en la que también asesinaron a Sergio Adrián Jones (40), sobrino del dueño del local. El efectivo estaba trabajando con una compañera que se salvó del ataque, pero los investigadores sospechan que el jefe de la Subcomisaría 21° les había asignado la tarea de manera irregular.
La lista de casos se completa con el asesinato de Joel Ruiz, integrante de la brigada operativa de la AIC. El policía murió en vísperas de la Nochebuena de 2022, horas después de haber sido internado por el disparo que recibió durante un allanamiento en Cagancha al 3200.