La Policía Federal detuvo este miércoles al principal sospechoso de haber atacado a tiros la garita de los Tribunales Federales de Rosario el pasado 28 de septiembre en Bv. Oroño 940. Se trata de Guillermo Sebastián C., de 35 años, quién cuenta con antecedentes penales y vive a pocas cuadras del edificio baleado.
El arresto fue ordenado por la Fiscalía Federal N°1 a cargo de Javier Arzubi Calvo y efectuado por la Unidad de Investigación Antiterrorista de la PFA en la zona de San Lorenzo al 2200.
Según la investigación, el hombre realizó el ataque durante la madrugada, a solas y a cara descubierta, lo que permitió identificarlo fácilmente por medio de grabaciones de cámaras de seguridad de la zona. El hecho fue descubierto horas después cuando personal de custodia del edificio identificó orificios compatibles con balazos en dos vidrios de la garita.
Colateralmente, quedó bajo investigación el accionar del personal de Prefectura que debía custodiar el edificio, ya que en ese momento estaban en el interior del inmueble, lo que permitió al atacante tirar contra la garita y alejarse sin que nadie lo persiguiera.
¿Qué se sabe del sospechoso de balear los Tribunales Federales de Rosario?
Guillermo Sebastián C. posee una condena de prisión efectiva por el delito de robo calificado por el uso de arma de fuego y por la intervención de un menor de edad. Además, le fue revocado en 2019 el beneficio de salidas transitorias, ya que luego de una salida no regresó a cumplir con la condena. Trabajaba en un bar de avenida Pellegrini, cerca del Parque Independencia.
Si bien en un principio se sospechó la vinculación entre el atacante y Mario Segovia, conocido como el “Rey de la efedrina”, el fiscal Arzubi Calvo descartó la hipótesis.
La posible relación se desprendió de una investigación que incluyó un allanamiento realizado el 22 de agosto pasado a la celda de Segovia y y varios operativos en barrios de Empalme Graneros y Ludueña, ante la posibilidad de que se estuvieran preparando atentados a edificios de la Justicia Federal. El dato acerca de los posibles ataques los dio una mujer que declaró como testigo de identidad reservada, e involucró a Rodríguez Granthon y a Segovia.
