Dada la enorme repercusión que tuvo la denuncia de vecinos de zona oeste sobre el hallazgo de animales muertos entre la basura, la policía rosarina intervino horas después de que el caso tomara estado público y al llegar advirtieron que no había rastros de los huesos fotografiados.
La investigación que se puso en marcha de oficio por parte de la Fiscalía tuvo un giro sorprendente cuando los uniformados llegaron hasta Santa Fe al 4900 e inspeccionaron el contenedor que llamó la atención de los habitantes del barrio. Fuentes oficiales indicaron que no sólo no había restos óseos de los supuestos 30 perros dentro del recipiente sino que tampoco encontraron nada similar cuando pidieron el relevamiento de los rellenos sanitarios donde se depositan los residuos.
Las autoridades también trabajaron sobre la hipótesis de que alguien hubiera producido alimentos con ese tipo de carne. En este sentido, explicaron que el área de Bromatología de la Municipalidad no había recibido aviso ni muestra alguna que indicara una situación de ese tipo.
Sin pistas para explicar el desenlace del inusual episodio, el Ministerio Público de la Acusación (MPA) fue en busca de la persona que denunció el hecho y no la encontraron. Ante esta situación, pidieron públicamente que la misma se presente ante Fiscalía para prestar declaración.
Voceros del organismo judicial indicaron que también revisaron la cuadra y las inmediaciones para obtener filmaciones pero no había cámaras de seguridad en la zona que pudieran echar luz sobre lo ocurrido. De esta manera, los investigadores se quedaron en primera instancia sin elementos concretos para corroborar o descartar la presencia de huesos de perros.
Fotografía: Juan José García.