El ministro de Seguridad santafesino Maximiiano Pullaro defendió el trabajo de su cartera para ayudar al cura cuya iglesia fue baleada junto con un colegio católico el último domingo en la zona noroeste de Rosario y anticipó: "Lo que no va a fallar es la persecución penal. Vamos a dar con los responsables".
Luego de insistir en la necesidad de desfederalizar las causas sobre narcomenudeo, el funcionario ratificó que los equipos a su cargo estuvieron en contacto reciente con el padre Juan Pablo Núñez por el temor a las bandas criminales que operan cerca de México y Génova. "A veces sentimos que tenemos las manos atadas, pero no por eso vamos a dejar de trabajar. Siempre nos van a ver poniendo la cara", manifestó al respecto.
En el marco de la inauguración de un Centro Territorial de Denuncias en barrio Municipal, el ex diputado provincial se solidarizó públicamente con el sacerdote y recordó que ya se había reunido con él dos años atrás. Al mismo tiempo, aseguró que el Estado cuenta con las herramientas para frenar a "minorías" violentas que "pretenden instalar sus reglas de juego".
Respecto del panorama en Rosario a pocas horas de un nuevo doble homicidio en zona oeste, el ministro sostuvo que quienes cometen delitos en la ciudad "van presos y tienen condenas ejemplares". A su vez, apuntó: "Tenemos un índice de esclarecimiento altísimo de tentativas y homicidios".
Sobre el proyecto para pacificar la zona ligada a la disputa entre los clanes Funes y Caminos, Pullaro destacó que el sector requería una "intervención multiagencial" más allá de la política de seguridad. "Entendíamos que no alcanzaba con mayor presencia policial sino que hacía falta una mirada integral", enfatizó.