En medio de la preocupación que generó el contagio del intendente bonaerense Martín Insaurralde por coronavirus, Alberto Fernández confirmó que estará en Rosario el Día de la Bandera. Al mismo tiempo, anticipó que el acto oficial "va a ser más cuidado" debido a la pandemia.
A una semana exacta del aniversario de la muerte de Manuel Belgrano, el Presidente reconoció que no podrá cumplir al pie de la letra con su deseo de encabezar una gran fiesta popular, tal como pretendían las autoridades locales a partir de su primera visita oficial a fines de febrero. "Seguramente no podremos ver desfilar la bandera más larga del mundo, pero quiero ir", comentó este sábado.
En diálogo con LT3, el jefe de Estado ratificó que extremaron los cuidados junto a su equipo de trabajo debido al diagnóstico del titular de la Municipalidad de Lomas de Zamora. Por este motivo cancelaron un viaje a Catamarca, pero la excursión a territorio santafesino sigue en agenda. "Estamos todos bien gracias a Dios, cuidándonos. Muchas cosas a veces sirven para que reflexionemos", opinó en relación a la situación de Insaurralde y el contacto directo que tuvo con él en los últimos días.
En cuanto a la ceremonia del 20 de junio, los ajustes para prevenir el COVID-19 no impiden que Fernández piense en alternativas para darle un toque especial a su visita. Así se mostró entusiasmado con una idea que ya levantó vuelo en varias provincias ante la imposibilidad de estudiantes de primaria de viajar a Rosario para la tradicional promesa de lealtad de la Bandera.
A partir de un mensaje recibido en Twitter, el Presidente comentó que analizará la posibilidad de "tomarles un juramento virtual" a los alumnos de cuarto grado en todo el país. "Es algo que me gusta. Tengo ganas de hacerlo, tenemos que ver si es posible", aclaró.