Gustavo Corrales hace dos semanas arribó a Comodoro Rivadavia de la mano de su mujer por una promesa de trabaja y la esperanza de un futuro mejor. Haciendo dedo en la ruta llegaron, pero resultó ser falso. Sin dinero ni un lugar para quedarse, optaron por dormir en el ingreso al Hospital Regional.
Corrales es un herrero oriundo de Buenos Aires, tiene 50 años y alguna vez incluso trabajó como vigilador. Desde la provincia bonaerense se trasladó junto a su esposa en camión ya que no tenían plata para los pasajes.
Al momento de llegar, se dieron cuenta que ese dichoso trabajo no existían y desde entonces duermen en la calle, esperanzados de que alguien les dé una mano. Tienen una bolsa de dormir y un termo con mate para resistir el hambre.
En diálogo con Canal 9 confesó que gracias a la pandemia quedó sin trabajo, y cuando les apareció uno nuevo en la ciudad petrolera no lo dudaron. Su objetivo era tener un mejor futuro.
De esta forma solicitó la ayuda de los comodorenses: “Pido a la gente de Comodoro que me dé un trabajito para cortar el césped o limpiar un jardín. No tenemos nada, estamos en la puerta del hospital”, finalizó.