Todo lo que le cuesta de local, siempre lo recuperaba de visitante. Extrañamente la versión 2019 de Crucero, siempre le iba mejor fuera de Santa Inés que en su estadio de Garupá. Pero como las rachas están para cortarse, anoche el cuervo salteño sufrió, tuvo que batallar mucho pero finalmente consiguió vencer a Crucero por 1 a 0 para meterse de lleno en la pelea por los seis puestos que clasifican al Hexagonal Final por el ascenso.
Crucero en cambio, se quedó con 12 puntos ahora y si bien está a cinco del líder Boca Unidos que juega esta noche, virtualmente está a un punto del último que por ahora clasifica (Sarmiento).
Central Norte comprendió que para ganar en el Gigante del Norte también debe aprender a sufrir y a sacar una “luz” de ventaja en un escenario adverso, donde la rispidez y la lucha son comunes denominadores. Eso fue lo que logró anoche en su victoria por la mínima diferencia, 1 a 0 sobre Crucero del Norte, vital victoria que le sirvió al cuervo para meterse provisoriamente a la zona de clasificación, con un partido más que la mayoría de los contendientes.
Y lejos de la lluvia de goles de hace dos semanas ante Boca Unidos, la victoria ante el duro equipo misionero cobra mucho valor por el contexto de mucha lucha y poco juego, y de la férrea resistencia que le planteó el rival.
A Central le costó encontrarse con el juego en el primer tiempo, donde también careció de lucidez y cierta rebeldía. La primera -y única- acción clara de gol del local en ese anodino y plomizo primer capítulo fue por medio de Arriola, quien encaró por izquierda y ensayó un zurdazo que encontró bien parado al arquero Argüello.
Lo mejor de Central estuvo en el fondo, con un solvente trabajo del Bocha Rodríguez, pero sobre todo de Patricio Krupoviesa, pero lo que le sobró abajo le faltó arriba, con poca conexión entre Martínez y Reyes, con un Arriola que de a poco comenzaba a diluirse y con un Nicolás Issa al que le costó la falta de ritmo en el medio.
Crucero, a pura garra, intentó responder golpe por golpe las intentonas locales, pero librando cada centro a la suerte de pato y gallareta. Así, tuvo una acción clarísima generada de una serie de rebotes en el área chica, a los 31’, que pudo terminar en gol de no ser por la tapada oportuna de Pegini.
En el complemento apareció la luz a los 6’, cuando Central encontró espacios tras un largo despeje del Bocha y una habilitación magnífica de cabeza de Reyes para Martínez, quien definió de cachetada al palo izquierdo de Argüello para poner el 1 a 0, en una acción que parecía salida de un manual del contragolpe.
Ahí el cuervo tuvo que ponerse el overol para trabajar y luchar el partido, en la medida en la que Crucero apuraba en lo que quedaba del trámite y que Pegini aparecía para ahogarles el gol a Klusener y a Vera.
Ya con el 1-0 a favor, Medrán no se conformó y mandó a la cancha a Ríos y a Rivas, y así pudo incrementar la cuenta, como cuando Argüello le contuvo el segundo a Ríos o como cuando Piergiacomi increíblemente desperdiciaba su chance solo frente al arquero.
Fuente: El Tribuno