Fue un martes intenso para la vicepresidenta, Victoria Villarruel, que a partir de una serie de hechos de extrema trascendencia copó el centro del escenario político y agudizó sus diferencias con el presidente Javier Milei y su círculo íntimo.
Paradójicamente su protagonismo arrancó muy temprano cuando resaltó su ausencia en la reunión de Gabinete, que se realizó en la Casa de Gobierno y estuvo encabezada por Milei. La última reunión de estas a la que asistió Villarruel fue el 30 de julio.
El faltazo tomó por sorpresa a los funcionarios y no hubo mayores explicaciones por parte de los voceros de ambas partes dejando así que fecundaran todo tipo de explicaciones.
Las versiones sobre una nueva crisis entre el presidente y la vicepresidenta volvieron a escena el viernes pasado, cuando Villarruel quedó afuera de la tradicional cena de camaradería de las Fuerzas Armadas que organizó el Ministerio de Defensa.
En este contexto, Villarruel avanzó este martes sobre los dos temas políticos de mayor peso por estos días: la candidatura a la Corte Suprema del juez Ariel Lijo y el aumento de las dietas de los Senadores.
Pedido de sesión especial
Respecto del salario en el Senado, Villarruel convocó a una sesión para este jueves, en la que se tratará específicamente los incrementos propuestos.
“Convoqué a sesión especial el jueves a las 10 para que los senadores debatan sobre el aumento de sus sueldos. De frente y en forma pública. Nominalmente y exponiendo sus posiciones. Así terminamos con las sobreactuaciones que parasitan a la política argentina en todos los órdenes y que nos tienen angustiados a los argentinos”, señaló Villarruel a través de su cuenta de Twitter.
Si bien los presidentes de los bloques habían anticipado que iba a pedir la sesión y habían acordado rechazar el aumento, Villarruel dobló la apuesta con un pedido formal.
La clave de la sesión convocada para el jueves es que los senadores voten “desengancharse” de los aumentos paritarios sobre los empleados de Congreso.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, fue preguntado sobre la relación de Villarruel con el aumento salarial en la Cámara Alta. El funcionario aclaró que la vicepresidenta no cobra su salario del Senado sino del Poder Ejecutivo. Pero Adorni dejó un comentario que reflejó la tensión que se vive en Casa Rosada: “Sí podría haber hablado con los senadores con quienes convive todos los días de su vida, es un tema que le deberían preguntar a ella. Por qué no pudo frenar este escándalo”, dijo Adorni.
“No estoy de acuerdo con la candidatura de Lijo”
Horas más tarde llegaría el embate sobre la candidatura de Lijo, lo cual terminó por conformar un día extremo en la relación con Milei.
“Mi opinión respecto de Lijo es pública. La he expresado. No estoy de acuerdo con la candidatura”, lanzó en un evento que se realizó en el Colegio de Abogados de CABA.
Lejos de intentar apaciguar la situación, Villarruel se preocupó en enfatizar sus diferencias: “Es un juez que ha lesionado mucho los vínculos a raíz de su candidatura, entre aquellos que están a favor o en contra”, argumentó.
“No cuenta con los pergaminos necesarios para ser juez de la Corte Suprema de la Nación. Es una de las garantías de seguridad jurídica. No ha sido la mejor elección. Ha sido una candidatura que es controversial. Hubiéramos querido tener un candidato sólido y que nos represente y con la mejor sabiduría y rectitud posible. No creo que sea el caso”, concluyó en forma tajante.
El pliego de Lijo llega al Congreso por el impulso de Milei y solo saldrá airoso del proceso selectivo si el oficialismo consigue acercar votos opositores. Para aprobar el ingreso de Lijo a la Corte, se necesitan dos tercios de los votos, número para el que serán clave los 33 senadores agrupados en el peronismo y el kirchnerismo.
Las duras expresiones de Villarruel no parecen ser casuales, ya que se produjeron a pocas horas de que el magistrado se presente en la Comisión de Acuerdos del Senado para defender su nominación. La audiencia pública, en la que Lijo responderá preguntas a los senadores, será este miércoles a las 10 de la mañana.
El senador libertario, Francisco Paoltroni, se alineó con Villarruel: “Voy a hacer lo imposible para que no sea juez de la Corte”.
“Nuestro país necesita magistrados incorruptibles en la Corte Suprema para asegurar la seguridad jurídica. El juez Lijo favoreció la absolución de Insfrán en Formosa y es un garante de impunidad. Queremos una Argentina distinta”, insistió Paoltroni en distintas entrevistas periodísticas.