La familia de Diego Fernández Lima, adolescente hallado muerto casi cuatro décadas después de su desaparición, solicitó a la Justicia la realización de 10 medidas de prueba, entre ellas el uso de georradar en el jardín de los Graf, con el objetivo de determinar si aún podrían encontrarse restos óseos faltantes del joven.
La solicitud fue presentada por Javier Fernández, querellante en la causa y hermano de Diego, quien desapareció en 1984 a los 16 años. La iniciativa busca reconstruir cómo el adolescente terminó asesinado y sepultado en la casa de su compañero de colegio, Cristian Graf, y su hermana, Ingrid Graf de Freeman.

Restos incompletos y búsqueda pendiente
Según la querella, los informes del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) describen el hallazgo como un “esqueleto casi completo”, pero señalan que a simple vista se perciben faltantes de algunos huesos. Por ello, los abogados argumentan que podrían existir más restos de Diego aún alojados en el jardín del inmueble ubicado en Av. Congreso 3742, donde fueron encontrados los fragmentos el 20 de mayo de 2025 tras una demolición.
Otras medidas solicitadas
Además del georradar, los abogados Wortman Jofre y Brady propusieron nueve medidas adicionales, que incluyen:
- Rastreo de llamadas al 911 realizadas en la zona.
- Entrevistas a vecinos y testigos de la época.
- Informes socioambientales sobre la familia Graf.
- Revisión de la legalidad del estado civil de Cristian Graf.
- Recuperación de objetos del lugar relacionados con la causa.
El objetivo de la querella es reconstruir los hechos y evitar la prescripción del caso, mientras la defensa de Graf ya solicitó su sobreseimiento.
Qué pasó con Diego Fernández Lima
Diego Fernández Lima, conocido como “El Gaita”, desapareció el 26 de julio de 1984. Tenía 16 años y salió de su casa en Villa Urquiza tras almorzar, pidiendo dinero para el colectivo con destino a la casa de un amigo, aunque nunca precisó a cuál.
El último testigo lo vio caminando por la vereda a la altura de Monroe y Naón, a solo cinco cuadras de la vivienda de los Graf, donde finalmente se encontraron sus restos casi 41 años después. Los 1.510 fragmentos de huesos analizados por el EAAF fueron confirmados mediante prueba de ADN como pertenecientes a Diego.