Este martes tuvo lugar el segundo día del juicio a los rugbiers que por el crimen de Fernando Báez Sosa. En ese marco realizaron las primeras declaraciones testimoniales quienes estuvieron presentes la noche del 18 de enero de 2020 cuando asesinaron al joven en la puerta del boliche “Le Brique”. Tuvieron principal protagonismo los amigos de Fernando, muchos de los cuáles también fueron agredidos aquella fatídica madrugada. Este miércoles será el turno de Pablo Ventura.
Tras la primera audiencia del proceso oral realizada este lunes, en la que brindaron declaración los padres de la víctima, Graciela Sosa Osorio y Silvino Báez, la nueva ronda de testimonios se puso en marcha desde las 9 ante el Tribunal Oral Criminal (TOC) 1 de Dolores, ubicado en Belgrano 141 de esa ciudad.
Por las agresiones que sufrieron al menos cinco de ellos -Ignacio Vaudagna, Juan Manuel Pereyra Rozas, Juan Bautista Besuzzo, Lucas Begide y Tomás Agustín D ‘Alessandro-, los rugbiers están imputados por el delito de “lesiones leves”, que se suma a la acusación principal del juicio por “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”.
Por su parte, fuentes cercanas a la defensa señalaron los ocho imputados -Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23)- volverán a estar presentes, al igual que en la apertura del debate oral.
Sobre el final de la segunda jornada, Graciela Báez Sosa se descompensó y debió retirarse del recinto. La mujer salió acompañada de su esposo, Silvino Báez, quien volvió a ingresar a la sala minutos después. Un abogado del equipo de Fernando Burlando en tanto infomó a los medios que no fue “nada grave”.
Los testimonios de los amigos de Fernando
Uno de los primeros en hablar fue Lucas Filardi que relató los primeros momentos después del inicio de la agresión. “En el momento ninguno se esperaba que pasara algo así. Yo pedí por favor que pararan, uno de ellos me amagó a pegarme”, relató el joven que remarcó que pegaron sin mediar palabra y “entre cuatro o cinco personas”.
Vuelvo a decir paren por favor y ahí es cuando uno me pega”, detalló y añadió: “Yo me caí arriba de un auto, fueron dos minutos y medio eternos”.
“Yo hablaba con Fer y fue instantáneo que veo gente corriendo, le pegan una piña, llega a poner las manos y a semi levantarse y ahí ya le dieron patadas. No hubo acto de defensa. Tres o cuatro le pegaban y el resto limitaba que pudiéramos acércanos. Le daban patadas en el pecho y la cabeza”, describió.
Más tarde fue el turno de Juan Bautista Besuzzo, otro de los testigos presenciales y uno de los amigos que fue atacado por la patota de rugbiers. “Me acuerdo de un masculino de remera blanca y pantalón marrón que a Fer lo sienta, lo deja arrodillado. Mi recuerdo siguiente es otro masculino que tenía bermuda de jean y una camisa o remera medio verdosa, con Fer de rodillas prácticamente inconsciente. El masculino dándole patadas en la cabeza y Fer sin responder, sin poder hacer nada, con los ojos cerrados, con la cabeza mirando hacia arriba”, detalló Besuzzo.
Y agregó, apuntando directamente a Thomsen: “Era Máximo Thomsen, que le daba patadas en la mandíbula (se señala la cara) Realmente no puedo especificar cuántas personas eran. La sensación es que el ataque fue hacia Fernando”, especificó.
En tanto, Santiago Corbo relató los minutos previos al ataque, dentro del boliche. Según su relato, a la salida Fernando se cruzó a comprar un helado y luego llegaron los gritos y el tumulto. “Veo un chico de ojos medio achinados y pelo lacio, que decía ‘es ahora, es ahora’”, contó. El agresor referido es Ayrton Violaz.
Julián García contó cómo fue el tumulto dentro del boliche y luego se concentró en repasar lo sucedido afuera. Dijo que él no vio específicamente cuándo golpearon a Fernando, porque había cruzado a pedir ayuda. “‘Ahora que estamos afuera’, decía uno y me dan un golpe cerca del oído. Cruzo la calle, le pido a los patovicas si pueden cruzar y cuando a vuelvo a mirar ya Fer estaba en el piso, no respondía”, detalló.
A su turno, Federico Raulera, dijo que Ayrton Viollaz “gritaba con actitud de pelearse”. “Mové, dale, vamos a ver quién gana acá afuera”, esa fue según Raulera la frase provocadora del rugbier.
Tomás D’Alessandro fue otro de los amigos de Fernando atacado por la patota. Respecto de lo que sucedió dentro del lugar: “Me distraigo y en ese momento ligo tres trompadas de unos de esos. Quedo boca abajo, como agachado, no caigo al piso. Tiro tres trompadas como reacción, me reincorporo, le digo al que me pego por qué y él me dice que no es conmigo”, detalló.
Federico Tavarozzi, por su lado, complicó a Luciano Pertossi: “A esa persona la vi revoleando patadas y piñas a lo que se cruzara. A Lucas le pegó una patada que lo tiró al piso. Es Luciano Pertossi, lo puedo identificar”.
Lucas Begide habló sobre el “final” de la escena: “Pasaron unos segundos y se empezaron a ir. Lo veo como si fuera el final, a un chico rubio, contextura similar a la mía, que le pega una patada en la cabeza a Fer con el pie derecho. Esa persona que me pegó a mí era Ayrton Viollaz, el que le pega la patada a Fernando era Máximo Thomsen”.
Fernando Burlando pidió que los rugbiers se quiten el barbijo
Fernando Burlando pidió que los ocho acusados sentados en el banquillo se retiren el barbijo. “Acá hay que venir a dar la cara como lo hicieron ese 18 de enero”, sentenció.
El abogado de la familia de Báez Sosa remarcó el testimonio de Lucas Filardi, el amigo de la víctima que representó con claridad cómo fue la agresión a Fernando. “Él recuerda ciertas partes cuando se le exhiben los videos, se ve mucha más gente de las que él describe. Escuchó mucha agreisón, el ruido era de un malón”, detalló.
Qué declaró Oscar, el papá de Julieta Rossi
Si bien se esperaba que la primera persona en declarar sea Julieta Rossi, la novia de Fernando cuando fue asesinado, desde la representación de la familia señalaron que “no va a declarar” porque no se encuentra en condiciones de hacerlo.
Sin embargo, el que apareció fue su papá que dio a conocer los primeros detalles testimoniales sobre el día del hecho. “Soñé que un teléfono sonaba. Cuando me despierto, había un llamado de mi hija, no era un sueño. Ella me llamó y me dijo ‘por favor vení que Fernando está en el hospital’”, comenzó Oscar.
El papá de la joven relató lo que fue el momento cuando se enteró que Fernando había muerto. “Juli está muy nerviosa y me dijo la fiscal que iba a llamar a una ambulancia y yo le dije que me permitieran llevarla a mÍ para que la vea un médico. Quedó en observación un par de horas”, continuó.
“Juró que no le deseo a nadie lo que vi”, manifestó el hombre entre lágrimas y conto que su hija continúa con tratamiento psicológico.
Cómo fue la primera jornada de declaraciones
Durante la primera jornada del juicio hablaron Graciela y Silvino, los padres de Fernando. “Vi a mi hijo en la morgue y tenía la cabeza destrozada”, expresó Graciela Sosa ante el Tribunal. Después de su declaración y antes de abandonar la sala, la madre de la víctima miró al grupo de rugbiers y les preguntó: “¿Por qué hicieron eso?”.
Al igual que el testimonio de Graciela, la palabra de Silvino no fue transmitida por el canal oficial de la Corte Suprema de Justicia de la provincia de Buenos Aires.
“Me llena de orgullo sentarme acá y hablar de él. Con Graciela siempre luchamos para que no le pase nada. Fernando era el ser más amado de mi vida. Los días más felices eran sábado y domingo porque estábamos todos juntos”, sostuvo.
De qué se acusa a cada uno de los rugbiers
Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz son los ocho rugbiers de Zárate afrontarán desde este lunes el juicio por el crimen que tuvo lugar a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell.
Los mencionados fueron imputados como coautores del delito de “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”. Asimismo, también tienen el cargo de “lesiones leves” por los golpes que le propinaron a los amigos de Fernando esa misma madrugada.
Si bien afrontan una pena de prisión perpetua, lo cierto es que no todos tienen la misma responsabilidad en el asesinato. El más complicado es Máximo Thomsen debido a que la Justicia probó que fue él quien le dio la patada mortal a Fernando. Pero el resto cumplió con otros roles.