Tony Janzen Valverde Victoriano, alias Pequeño J, fue detenido en Perú este martes en el marco de la investigación por el asesinato de las tres chicas en Florencio Varela.
Al momento de su captura, el joven de 20 años, aseguró no tener “nada que ver” y pidió que “encuentren a los culpables”. No obstante, lo cierto es que escapó del país, como también lo hizo su mano derecha, Matías Ozorio, a quien la policía peruana atrapó primero.
Valverde no estaba entre los registros de narcotraficantes. No tenía DNI argentino, nadie sabe cómo ni cuándo ingresó a nuestro territorio. Era lo que se dice un fantasma. Parecía imposible hallarlo, pero hubo quienes empezaron a hablar. Por ejemplo, una de sus novias.
“Pequeño J tiene un perfil sádico”
En diálogo con TN, el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Javier Alonso, aseguró que los datos que le llegan a los investigadores hablan del perfil sádico del narco de 20 años. Ese perfil que lo habría llevado a pergeñar el macabro triple crimen que, según Alonso, “a otras organizaciones les pareció tan violento que decidieron entregarlo”.
Alonso dice que el acusado tiene varias novias y varias casas donde parar. El fin de semana dieron con la pieza que le alquilaba a la madre de una de esas chicas. La allanaron y, durante el procedimiento, esta joven decidió hablar. Entre la información clave dio su número de celular.
La trampa que le tendió la policía a Pequeño J
Con el teléfono aportado por su novia, pudieron hacerle un seguimiento en vivo, lo que los investigadores llaman “escucha directa“. “Así obtuvimos su ubicación a través de las antenas y tomamos conocimiento que él estaba emprendiendo su salida al país, íbamos siguiendo la ruta”, explicó Alonso.
También pudieron dar con el celular de Matías Ozorio, mano derecha del principal acusado y que también era buscado por Interpol. Ambos estaban en contacto para encontrarse en Lima. Ozorio fue el primero en caer.
“Ellos (la policía de Perú) empezaron a rastrearlos allá. A su vez, como nosotros estábamos escuchando lo que ellos hablaban, identificamos su punto de encuentro. Fue el lugar donde detienen a Ozorio”, continuó Javier Alonso.
Cuando capturan al “mano derecha”, la policía siguió hablando con el narco como si fuera el propio Ozorio: Pequeño J no sabía que su amigo ya estaba detenido. Fue así que lograron ubicarlo y detenerlo.