Las partes del juicio oral a la ex superiora del convento de Carmelitas Descalzas de Nogoyá, Luisa Toledo, acusada de privación ilegítima de la libertad y reducción a la servidumbre, participaron este jueves de una inspección ocular en ese monasterio.
El Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay, integrado por los jueces María Angélica Pivas, Darío Crespo y Javier Cadenas realizaron una nueva audiencia en Nogoyá, donde además tomaron declaración a varias religiosas que conviven en el convento.
Durante el juicio que inició el martes 11 de junio declararon más de 15 testigos, entre curas, amigos, familiares, y mañana se espera la declaración del cura Mauricio Landra, propuesto por la defensa para justificar los actos en la última audiencia.
La acusada ex superiora se presentó el primer día y no concurrió al resto, entregando certificados por problemas de salud.
Más tarde se darán los alegatos de clausura de las partes, donde la fiscalía solicitará una pena que va entre 2 y 12 años, según el Código Penal de la Nación
Roxana Peña, una de las víctimas, dijo que Toledo "no las dejaba salir, las obligaba a golpearse con látigos, usar cilicios y mordazas, las encerraba por semanas a pan y agua, en un tratamiento inhumano e indigno constante", señaló el fiscal, Jorge Gamal Taleb.
Por su parte, Peña sufrió "una constante mortificación psicológica, y castigos por cada acto cotidiano con autoflagelamiento" como "romper un vaso, con siete días de encierro".