La comunidad educativa de la Escuela 617 de El Soberbio, una de las instituciones más antiguas de la ciudad, atraviesa una profunda conmoción tras conocerse denuncias contra un profesor de séptimo grado acusado de encerrar a alumnas en la sala de informática y tomarles fotografías en situaciones indebidas.
Según las presentaciones policiales, el docente utilizaba distintas excusas para quedar a solas con las menores, pidiéndoles que se quitaran parte de la ropa bajo la amenaza de desaprobar exámenes o con la promesa de premios y regalos. Los testimonios coinciden en que las niñas eran obligadas a posar mientras él tomaba imágenes, y en que había intentos de las propias alumnas por interrumpir esas situaciones, generando entre ellas un sistema de alerta para protegerse.
Las denuncias comenzaron con tres casos y, en pocos días, ascendieron a ocho, abarcando no solo el ciclo lectivo actual sino también años anteriores. Algunos relatos incluyen a estudiantes varones.
Las familias cuestionan la actuación de las autoridades escolares, ya que habrían existido advertencias previas que no derivaron en medidas de resguardo ni en la comunicación a los padres. En ese contexto, exigen que las responsabilidades alcancen no solo al docente denunciado, sino también a quienes no actuaron oportunamente.

La investigación judicial busca determinar el alcance de los hechos, mientras la comunidad escolar reclama garantías de protección y justicia para los estudiantes afectados.