Guadalupe Curual, la joven de 21 años que fue asesinada en pleno centro de Villa La Angostura por su ex pareja, Bautista Quintriqueo, venía sufriendo episodios de violencia por parte del hombre de 33 años desde el 2020: la violencia fue creciendo hasta culminar con su muerte.
La primera denuncia Guadalupe la hizo el 12 de julio en medio del aislamiento obligatorio por la pandemia de coronavirus. La joven fue a la Comisaría 28: contó que convivía hacía dos años con Quintriqueo y que tenían una hija. La joven sufrió violencia física en la casa, mas precisamente en una pieza en la parte de atrás de la vivienda de los padres del femicida. Ante esta situación, se fue del lugar y fue contenida por sus amigas.
Al día siguiente, al ser contactada de manera telefónica por la Oficina de Violencia del Poder Judicial y ratificó su denuncia. Ante esta situación, el juez Jorge Videla pidió la perimetral para Quintriqueo por lo que no se podía acercar a Guadalupe por tres meses. Pero no se utilizó ninguna herramienta que notifique si el agresor se acercaba, las autoridades solo se enteraban de la infracción su la víctima informaba. Lo que si se implementó fue una ronda policial, donde los uniformados pasaban por las inmediaciones de la vivienda y consultaban si el denunciado había aparecido, detalla Diario Río Negro.
Ante esta denuncia intervinieron el hospital de Villa La Angostura, a la secretaria de Desarrollo Social Municipal y al Centro de Atención a la Víctima de Delitos. A principios del 2021, más precisamente el 8 de enero, Guadalupe radicó la segunda denuncia en la misma comisaría, vale aclarar que la perimetral ya no regía.
En ese momento la joven contó que Quintriqueo había llevado a su hija a la casa y le preguntó sobre su vida, pero eso no fue todo porque la agarró de los brazos la zamarreó y la tiró al piso. A los tres días, la llaman nuevamente desde la Oficina de Violencia pero la joven dijo que no deseaba nuevas medidas ya que tenían un acuerdo con el padre de su hija: él la cuidaría por la tarde para que ella pueda trabajar en una panadería.
A pesar de esta negativa, ese 11 de enero el juez Videla impuso de forma preventiva la prohibición de acercamiento, nuevamente por un plazo de tres meses pero con la salvedad de que daba la posibilidad de que Quintriqueo mantuviera contacto con la menor.
Días después, el 22 de enero, la joven se presentó en la Oficina de Violencia para dejar constancia de que Quintriqueo la hostigaba telefónicamente y que no cumplía con el régimen de visitas. Por esta razón, se le ratificó la prohibición de acercamiento. Pero esta medida no era respetada por el femicida ya que el 1° de febrero la mujer comunicó que su ex se le aparecía por el lugar donde trabaja y aprovechaba estos momentos para hostigarla.
El Juez ratificó las medidas y dejó constancias del incumplimiento, razón por la cual se le aplicó una sanción económica de $2.360, se le suspendió el régimen establecido y se lo intimó a que concurra a un espacio terapéutico.
Pese a las denuncias, advertencias y reclamo de la joven, el femicida hizo lo que quiso siempre hostigándola y amenazándola hasta durante sus vacaciones ya que el hombre le advirtió mientras estaba en Traful que la mataría: “El asesino estaba en Villa Traful, y le dijo que cuando regresara la iba a matar, que si no era de él no iba a ser de nadie”, contó Valeria Navarro, hermana de la joven que vivía con Guadalupe.
El pasado martes por la noche, la persiguió con un cuchillo por el centro de Villa La Angostura hasta que la alcanzó y la mató de una puñalada. Luego intentó suicidarse pero no lo logró y fue detenido, para luego ser trasladado al hospital local donde quiso sacarse la vida nuevamente: su estado es reservado y está internado en un hospital de San Martín de los Andes.