El Ministerio de Salud de Mendoza informó que las muestras de Viruela del Mono enviadas al Instituto Malbrán de Buenos Aires dieron positivas, por lo se confirmó el primer caso en la provincia, cuarto en Argentina.
El fin de semana pasado se había detectado el caso sospechoso de viruela símica, que se centró en un hombre oriundo de España quien llegó a la provincia a visitar unos familiares.
El hombre, fue asistido en una institución sanitaria, desde donde se comunicaron con la Dirección de Epidemiología de Mendoza para activar los protocolos correspondientes.
Carlos Espul, jefe de laboratorios de biología molecular de Mendoza, confirmó: “Malbrán nos ha confirmado el resultado de viruela símica en el paciente de sexo masculino que los primeros días de junio arribo a Mendoza proveniente de España. Hay que destacar la celeridad con la que se trabajó en conjunto, ya que el paciente consulta el fin de semana y hoy jueves ya sabemos el resultado”.
En tanto, la directora de Epidemiología, Andrea Falaschi, agregó que al cabo de una semana que el paciente llegó de España, presentó síntomas. “El alta está supeditada a la evolución de la persona, está siendo atendido por personal de Salud y el alta estará cuando se sanen todas las lesiones”.
¿Qué es la viruela del mono?
Es una enfermedad causada por un virus, zoonótica viral, lo que significa que puede transmitirse de animales a humanos. También se puede contagiar de persona a persona. La enfermedad se llama así porque se detectó en varios simios de un laboratorio en 1958.
Pero la mayoría de los animales susceptibles de contraer la dolencia y después contagiar a las personas son roedores, como las ratas gigantes de Gambia, los lirones o los perros de las praderas.
Síntomas
Fiebre, dolor de cabeza intenso, dolores musculares, dolor de espalda, poca energía, ganglios linfáticos inflamados y erupciones o lesiones en la piel. La erupción generalmente comienza en el primer o tercer día del comienzo de la fiebre.
Las lesiones pueden ser planas o ligeramente elevadas, llenas de líquido transparente o amarillento, para después formar costras, secarse y caerse, las cuales pueden durar entre dos y cuatro semanas.