Las vueltas de la vida hicieron que María de los Ángeles (35) y Ángel Agustín Agüero (20), madre e hijo, se propusieran completar juntos el Secundario. El premio al esfuerzo para ambos fue haber salido abanderados nacional y provincial, respectivamente, y hoy comparten ese orgullo.
Ambos asisten a un CENS de Las Catitas, Santa Rosa, lugar donde gracias al apoyo de sus docentes y compañeros, pero por sobre todo a su esfuerzo, pudieron regresar a la escuela secundaria, dejando de lado los estigmas de la edad.
María es empleada municipal y decidió aprovechar que sus hijos ya crecieron para poder hacer la secundaria, ya que como fue mamá a los 15 años, no la cursó. Fue así que el año pasado se anotó en el CENS 3-431 María Rosa Levada de Las Catatitas para cursar primer y segundo año.
Fue recién a comienzos del ciclo lectivo 2021 que su hijo se sumó como compañero, quien ahora tiene 20 años, ya que él sí había cursado los dos primeros años en otra escuela y solo le quedaban tres para terminar.
“Cuando nació Ángel tenía 15 años y por ser mamá joven no pude estudiar en ese momento”, se sinceró María. Además, explicó que la movilizó a regresar a la escuela su hija Ludmila de 14 años, que está en primera año de la secundaria.
“La idea era acompañarlo a él, para que terminara sus estudios porque sino todo cuesta”, contó la flamante abanderada nacional. A tal punto, que en casa estudiaban juntos, preparaban apuntes o temas que les pedían exponer.
Y resaltó el apoyo y acompañamiento de los profesores: “Yo pasé muchos años sin estudiar y quizás me costaban un poquito más las cosas, pero ahí nomas trataba de entenderlo”.
Madre e hijo orgullosos abanderados mendocinos
La noticia de que ambos portarían la bandera nacional y provincial los tomó un poco por sorpresa. Más allá de que María admitió que se esforzó para llegar, porque era su meta, jamás imaginaron compartir juntos este reconocimiento.
“Fue muy emocionante”, resaltó la santarrosina y comentó que esta “era una meta que yo me había propuesto. Desde que empecé a estudiar dije que quería llegar a la bandera. Y en el caso de mi hijo fue una sorpresa porque pensábamos que podía ser escolta, pero nunca imaginamos los dos abanderados”.
Al respecto, la mendocina rescató que “nunca es tarde para estudiar. Si uno tiene la meta de lograrlo, en cualquier momento es posible”.
Madre e hijo tienen la ilusión de seguir estudiando, una vez que el año que viene terminen la secundaria. Ángel aspira a ser Policía y María de los Ángeles está entre ser docente de Nivel Inicial o estudiar psicomotricidad de niños.