Elena Martínez vive en Rivadavia y este viernes 13 de agosto festejó “sus primeros” 100 años de vida. Rodeada por su familia y sus seres queridos, Elena sopló sus cien velitas y, en un video compartido por las redes sociales de la Municipalidad de Rivadavia, se explayó sobre los “secretos” para llegar feliz, satisfecha y con muchas energías al siglo de vida.
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“Mi vida ha sido hermosa, he sido muy feliz. He tenido un marido que fue como un novio para mí y también a mis dos hijos, que son una belleza y con quienes me he llevado re bien”, resume la mujer con una sapiencia y tranquilidad destacables.
Querida y reconocida por todos los vecinos de Rivadavia, Elena abrió las puertas de su casa para compartir con sus seres querido la alegría de celebrar sus 100 años. Y nadie quiso perderse los aplausos, las fotos con los tres globos (uno con forma de “1″ y los otros dos “0″) ni el “que los cumplas feliz”.
Los secretos
Sonriente y tranquila ante la cámara, el micrófono y los grabadores; Elena piensa bien antes de hablar. Y hasta elige cuidadosamente cada una de las palabras que va a utilizar. Después de todo, no es nada menor lo que está a punto de revelar: sus secretos para llegar a los 100 años.
“He pasado bien toda mi vida, he sido muy metódica para comer, para vestirme, para llevarme bien con los vecinos. Me he cuidado mucho, no he tenido problemas. Lo más triste que me ha pasado es perder a mis padres y a mi marido. Todo lo demás ha sido de dicha, de alegría y mucho amor”, destaca la mujer, siempre sonriente.
Entre sus debilidades enumera a sus tres nietos, a quienes define como “adorables”.
“He trabajado 32 años y dos meses como maestra. Hasta que un día me llegó una nota diciendo que me tenía que jubilar porque tenía los 30 años cumplidos. Me puse a llorar, diciendo que porque soy vieja me echaban. Y pedí seguir trabajando, porque amaba mucho la docencia. Tal es así que creo que no he sido mala con los niños, porque ahora recibo cariño de los niños que han sido alumnos míos. Soy feliz con eso”, reflexiona.
En su día a día, Elena también es muy metódica y tiene una rutina bien definida. “Leo el diario todos los días, me actualizo leyendo, ¡hasta deportes!. Hago sopa de letras para mantener la cabeza trabajada, tejo, bordo, cocino, enhebro la aguja sin lentes. ¡Todo eso lo hago ahora! ¿Qué más puedo pedir?”, agrega. Y, una vez más, sonríe.
Si Favaloro lo dice...
La centenaria mujer rivadaviense tiene una conducta ejemplar también al momento de seguir su dieta alimenticia. “Me he cuidado mucho con la comida, he comido lo que tenía que comer y no demasiado. Me ha gustado mucho la fruta”, se explaya. “Además, tomo media copita de vino a las 12 por un consejo del doctor Favaloro, que decía que si uno tomaba media copita de vino al almorzar le purificaba la sangre y daba fortaleza a la persona. Lo he hecho y me ha dado resultado, por eso he llegado a los 100 años”, confiesa.
“Siempre le agradecí a Tatita Dios por darme un día más de vida. ¡Y Dios me lo ha dado!. Nunca pensé que iba a llegar a los 100 años”, concluye.