Adriana Mascheroni es una mujer trans de Buenos Aires que reside en Mendoza desde hace más de 10 años. A sus 50 años se postulará para un puesto el Ministerio Público Fiscal de la provincia.
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Gracias a que en el ente aplican la Ley de Cupos Trans, Adriana podrá participar para uno de los puestos. La actual secretaria de la abogada Carolina Jacky lleva más de 12 años trabajando en el ámbito legal de la provincia, pero antes de eso su lucha por un puesto de trabajo fue incansable.
Discriminación en el ámbito laboral
Durante su proceso de transición Adriana aplicó para 42 puestos de trabajo, donde fue rechazada en todos y cada uno de ellos. Por discriminación, por prejuicios o por diversos motivos no la tomaban. La mujer se levantaba todos los días con la esperanza de encontrar un trabajo digno.
Anteriormente, Adriana trabajaba en el rubro del comercio exterior, tenía un trabajo en blanco y una oficina con personas a su cargo. En tanto las autoridades de donde ejercía su profesión se enteraron de su transición la despidieron de su puesto laboral.
Este difícil camino la llevó a que se deprimiera profundamente. “Generalmente se comenta que las personas trans tienen muchos intentos de suicidio y depresión, pero lo que nadie dice que es eso no es consecuencia de ser una persona trans, si no que es por el trato de la sociedad”, comentó Adriana a Vía Mendoza.
El calvario terminó cuando logró aceptar quien era y decidió luchar por eso. En ese momento conoce por redes sociales a Carolina Jacky. Adriana desde Buenos Aires viaja a Mendoza y se queda completamente enamorada, al tiempo viaja con su pareja para vivir en la provincia.
Una vida de descubrimiento
Adriana comenzó su proceso de transición en el 2005. “Yo vivía peleando contra mi misma. Cuando era chica solo quería ser un varón como todos los demás, pero solo para encajar. Dentro mío siempre quise ser una nena y después una mujer”, indicó.
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Disfrutó de su adolescencia mientras estaba en compañía, los peores momentos de Adriana eran cuando se encontraba en soledad. “Sufría horrores en esos momentos”.
Cuando tenía 14 años comenzó con un tratamiento hormonal para ayudar a su crecimiento. “En ese momento sentí que iba a sentirme como un hombre por fin, pero siempre tuve esa disyuntiva de que en realidad no era lo que quería”, señaló.
Con el paso de los años comenzó su búsqueda, pero en ese entonces la información sobre el tema era limitada. En los 2000 los datos comenzaron a ser más accesible con el auge de internet.
Cuando comenzó su transición tenía 34 años. En ese momento formaba parte de bandas de hard-rock y heavy metal donde sus compañeros de grupo la sacaron por comenzar este proceso.
En un primer momento a su familia también le costó entender su decisión, pero luego se adaptaron. “Todos/as sabían que yo no quería ser una princesa, simplemente quería ser una mujer”, dijo.
Desde hace más de 10 años Adriana tiene documento y partida de nacimiento con su género. Gracias a su esmero logró conseguir que la operaran gratuitamente en La Plata.