"Nueve días después del accidente se rescató parte del fuselaje. El cinturón de seguridad del puesto de piloto estaba abrochado, conforme se utiliza cuando el piloto se asegura previo al despegue. En tanto, el cinturón de seguridad del puesto copiloto/acompañante se encontró sin abrochar", manifestaron. Sobre este último dato, se presume que Barrera no usó el cinturón o lo accionó para liberarse en algún momento del vuelo o tras la caída del helicóptero.
Los cuerpos del piloto Carlos Zarlenga y del mecánico Luis Barrera continúan en las profundidades del dique Potrerillos, tras la caída del helicóptero en el que se trasladaban la mañana del 12 de diciembre de 2015, ya que nunca fueron encontrados por los buzos que participaron del operativo de rescate.
Sobre este tema, hay un indicio que generó una gran incógnita en los peritos en torno a uno de los ocupantes de la nave: su cinturón de seguridad estaba colocado.
A raíz de esa hipótesis, avalada por pilotos experimentados, los investigadores concluyeron: "No es descartable que el piloto haya experimentado pérdida o deterioro de visión de profundidad, lo que explicaría en parte la mecánica del accidente, ya que el descenso de la aeronave fue uniforme y paulatino hasta el impacto con el agua, sin que los testigos observasen intentos de corrección de la trayectoria". /MDZ