En vísperas del 40 aniversario de la guerra que enfrentó a la Argentina contra Reino Unido, regresará al país, los restos del avión de Caza y Ataque pilotado por el 1er Teniente Héctor Ricardo Volponi, caído en combate el 23 de mayo de 1982. Estos restos fueron hallados por David Richardson, un oficial del Ejército Británico, a 3 kilómetros de la estancia en la Isla Borbón, al Norte de la Isla Gran Malvina. El avión de Volponi fue derribado por un avión Harrier, comandado por el teniente británico Martin Hale. La aeronave cayó en el oeste de Bahía Elefante Marino.
Los restos volverán al país luego de que Richardson los haya recuperado, preservado y finalmente devuelto. Los mismos fueron encontrados por el oficial en una misión que lo llevó a Malvinas en 1998. El británico consideró que podría tener valor sentimental para la familia Volponi. En declaraciones a los medios de comunicación expresó su complacencia por la devolución.
Las piezas recuperadas viajarán por correo diplomático desde Londres, según confirmó el embajador argentino en el Reino Unido, Javier Figueroa, encargado de recibir la donación del oficial Richardson para que tenga como destino final el Museo Nacional de Malvinas (MUNAM) en Oliva, provincia de Córdoba.
El embajador Figueroa destacó que “Es un gesto que acerca y no divide, a diferencia de otros trofeos de guerra que están en el mercado”. Por la acción desinteresada por parte del soldado británico, el embajador le extendió una invitación para reunirse y agradecerle el gesto.
¿Cómo llegaron los restos a manos de Richardson?
En 1998, Richardson realizó una patrulla en Malvinas que culminó en la Isla Borbón. Este lugar era conocido para él, ya que desde niño había seguido el desarrollo de la guerra y había leído mucho acerca de los acontecimientos en distintos puntos donde se efectuaron acciones bélicas.
Al llegar a la isla, preguntó al estanciero acerca de qué se podía recorrer y si había algún atractivo en la isla, como para llevar a conocer a la tropa que lo acompañaba. El estanciero le marcó unos lugares donde se habían efectuado combates aéreos con aviones Harrier.
La caminata en busca de esos lugares fue efectiva, ya que localizaron los puntos indicados y encontraron restos de aviones argentinos. Richardson encontró dos partes metálicas que, al juntarlas, pudo reconocer que se trataba del número de serie de un avión, aún con la pintura original. En ese momento decidió recuperarlos y preservarlos con la intención de devolverlos a Argentina.
Destino de los restos encontrados
Pasaron los años y gracias a los avances tecnológicos y con la ayuda de internet, desarrolló una investigación en relación a esos restos y al número de serie. Es por ello que no tardó mucho en saber de qué se trataba, que avión era y quien había sido el piloto de aquel avión que fue a defender nuestra soberanía.
Durante 23 años preservó las piezas encontradas, hasta que luego de una búsqueda por internet, logró encontrar a Gabriel Fioni, del MUNAM. Sin saberlo Richardson, Fioni tenía contacto con la familia Volponi. Esta noticia alegró mucho al británico quien se sintió confortado al saber que las piezas que él había cuidado por tanto tiempo iban a ser exhibidas correctamente en el Museo y que se contaría la historia de la valentía de su piloto.
Desde ese momento Richardson entregó las partes del Dagger, las envió a Londres, capital inglesa para que las repatrien. “Su viaje de vuelta a Argentina ha comenzado”, expresó.