Nunca es tarde para empezar o terminar algo que quedó pendiente en nuestras vidas, una frase que solemos decir o escuchar. Cristina del Carmen Giménez es la viva representación de “nunca es tarde”. Ella tiene 71 años, su familia y es abuela de 8 nietos, pero eso no la detuvo a volver a las aulas para terminar su educación secundaria.
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La maipcucina decidió volver a la escuela, para volver a empezar en el CENS 3-500 “Anselmo Morales” de su departamento. En la Semana de la Educación de Adultos, que se celebra cada año en nuestra provincia en septiembre, Cristina contó su experiencia.
Las circunstancias de la vida
A los 15 años, Cristina se vio obligada a dejar la escuela. Estaba cursando su secundario en la Escuela Normal Tomás de Godoy Cruz, pero por repetir no pudo seguir. Su padre le ofreció pagar una escuela privada, pero ella prefirió destinar el dinero para algo que ayudará a toda su familia.
Ella decidió estudiar corte y confección, lo que le permitió dar clases y dedicarse a la alta costura. Unos años más tarde se casó y formó su familia con su esposo y tres hijos. Hoy disfruta de 8 nietos, pero siempre sintió que algo quedó pendiente en su vida.
Con los años desarrolló el gusto y el talento por cantar, por lo que se incorporó al Coro Municipal llamado Maipú Coral. Fue una de sus compañeras quién incendió la llama de finalmente volver a las aulas.
“Cuando yo le comenté que me hubiera gustado y que lastima que no hice antes el secundario, ella me dijo que sí podía hacerlo. Ella me motivó y me averiguó por esta escuela”, contó Cristina a Vía Mendoza., indicando que su amiga le dio “esas ansías y alegrías que sí podía a esta edad”.
Fue en marzo del 2020 que comenzó su travesía, pero cuando se desató la pandemia, se acobardó y no se animó a hacerlo. “Este año estaba estaba en eso, en decir que no. Pero me animé”, expresó la maipucina. En agosto de este año se inscribió y comenzó la secundaria nuevamente en el CENS 3-500.
Volver a empezar
Cuando ella tomó la decisión, no se lo comentó a nadie más que a su esposo. Luego llegó el momento de contarle a sus hijos. “Mis hijos quedaron sorprendidos. Uno de ellos me dijo que si quería hacerlo, tenía que hacerlo. Mi nieto Santiago fue el que me motivó con más entusiasmo, me emocionó”, detalló la mujer.
Y así, con 71 años, volvió a las aulas y se convirtió en una estudiante una vez más, después de 55 años. “Me había faltado cerrar esa etapa de mi vida”, manifestó Cristina. Ella contó que los primeros día se sintió un poco rara y le costó un poco acostumbrarse, pero al tercer día ya estaba cómoda con sus compañeros y sus profesores.
Cristina asegura que se lleva bien con sus pares y se esfuerza en sus materias. Sus profesores la estiman y entre todos toman en cuenta el esfuerzo que ella hace, por lo que es bastante querida en la institución.
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Para concluir, Cristina quiso dejar un consejo: “No se dejen estar tanto como yo, pero si llegan a mi edad, háganlo. Nunca es tarde. Además, el saber no ocupa lugar, nos ayuda”.