Un hecho tan grave como inesperado tuvo lugar en la zona de Cutral-Có, en Neuquén, cuando un camionero de 44 años se bajó de su camión y sintió un pinchazo. No le dio importancia y días después murió: lo había mordido una yarará.
Esteban Miguel Contreras pensó que se había pinchado de manera irrelevante, pero el veneno avanzó y fue letal. Contreras se encontraba trasladando motos en su camión, hace dos sábados. Horas después fue internado y una semana después murió.

La mordida letal de una yarará
El camionero iba desde Bahía Blanca hacia Cutral Co, en Neuquén. En medio del camino estacionó para dormir en una zona de piedras, pero antes de acomodarse se bajó para revisar el vehículo. Fue entonces, cuando sintió un pinchazo, una especie de pellizco en la pierna.
Sin darle mayor importancia, se acostó a dormir. Enseguida lo despertó el malestar y los dolores en los riñones y el pie. La peor parte llegó cuando tosió y expectoró sangre.
En esas condiciones, manejó hasta un puesto policial de Cutral Co y pidió ayuda, desde donde lo llevaron a un hospital para, finalmente, trasladarlo a Cipolletti.
Los análisis realizados confirmaron que había sido mordido por una serpiente yarará. Ya habían pasado 12 horas por lo que antídoto suministrado no surtió efecto. Cabe explicar que el suero antiofídico no elimina el veneno: lo retiene para evitar que siga dañando los órganos.
El estado de la víctima empeoró, además, porque padecía Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) e hipertensión. La familia confirmó su fallecimiento luego de que permaneciera en estado crítico más de una semana.
Cómo actuar ante la mordedura de una yarará
La yarará es una de las serpientes más peligrosas del país. Para neutralizar su veneno es necesario actuar a tiempo. Si bien hay un plazo de 12 horas para aplicar el suero, lo ideal es que sea de inmediato.
El veneno de la yarará afecta la coagulación de la sangre y puede provocar hemorragias y daños en distintos órganos. En la Argentina se registran alrededor de 700 mordeduras de serpientes con un promedio de cuatro muertes al año.


































