El 7 de marzo de 2020, ocurrió la primera muerte por Covid-19 en el país, Guillermo Abel Gómez, perdió su vida a manos del virus a los 64 años. El hombre falleció en el Hospital Argerich, días después de regresar de Francia, país al que viajó para conocer a su nieta.
El 25 de febrero de 2020, el hombre comenzó a tener fiebre alta y dificultades para respirar. Además de ser mayor de 60 años, Gómez era diabético, hipertenso, padecía insuficiencia renal y bronquitis crónica. Su esposa, Nélida, llamó varias veces a una ambulancia que nunca llegó y por eso se contactó con Luis, un viejo compañero de militancia que lo llevo al Hospital Argerich, la opción más cercana para tratar a Gómez, ya que desde su regreso al país no tenía cobertura médica.
Guillermo quedó internado en el Hospital Argerich del barrio de La Boca en su tercer intento por causar la atención de los médicos. Algunos días atras, el 3 de marzo de 2020, Ginés González García había empezado una conferencia de prensa desde el Ministerio de Salud de la Nación que por entonces presidía con una frase temible: “Tenemos el primer caso confirmado de coronavirus en el país”. A su izquierda estaba la secretaria de Acceso a la Salud y quien la reemplazaría meses después en el cargo, Carla Vizzotti, y a su derecha su par del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Fernán Quiroz, actual candidato a Jefe de Gobierno porteño.
No obstante, de coronavirus, de aislamientos, de confinamientos, de sintomatología, de protocolos, de hisopados, poco y nada se sabía en Argentina. La mañana del sábado 7 de marzo de 2020 Guillermo Abel Gómez murió con un cuadro de: cuarenta grados de fiebre, diarrea y morbilidades, era hipertenso y diabético, padecía insuficiencia renal y bronquitis crónica. No sabía que tenía coronavirus. Las muestras enviadas a la Administración Nacional de Laboratorios e Instituto de Salud Dr. Carlos Malbrán (Anlis) confirmaron el positivo de covid-19.
La historia de la primera víctima por Covid en el país y en América Latina, es particular, puesto que Gómez era militante del Movimiento Villero Peronista durante la década del 60. Por esa razón, fue secuestrado y torturado por la Triple A y luego debió exiliarse en París.
Gómez nació en el barrio porteño de Villa Soldati y, durante sus años de militancia, construyó veredas, cañerías, zanjas y salas de primeros auxilios en barrios humildes. En su exilio en París, trabajó como lava copas en un restaurante primero y después se incorporó al establecimiento oficial de impresión de billetes de curso legal en Francia y fue delegado gremial.
En 2014, luego de cuatro décadas de residencia en Francia, Guillermo y su esposa Nélida volvieron al país y se instalaron en un departamento en San Telmo.