La localidad de San Antonio se encuentra sumida en una nueva forma de contrabando, esta vez de gas licuado de petróleo. En las últimas semanas, autoridades de la localidad, pusieron el foco de atención en el contrabando de gas, situación que puede derivar en graves accidentes.
El secretario de Gobierno de esa localidad fronteriza con Brasil, Gabriel San Juan, contó que la venta ilegal, si bien es “histórica” y muy común en el municipio, actualmente se trata de carga y venta de gas argentino para llevarlo a los países vecinos. Esto a causa de la diferencia monetaria, que vuelve más económico el producto para los extranjeros.
El contrabando de gas es especialmente para uso domiciliario. En este sentido, la posesión y uso de garrafas brasileras, que son diferentes al envase nacional en cuanto a aspecto, peso y sistema de válvulas, es muy común entre la población. Hay un “80% o 90% de la comunidad que tiene garrafas brasileras”, acotó. Esto debido a que, hace varios años, era difícil y costoso conseguir gas argentino en la zona.
El escenario es alarmante, ya que ahora, en lugar de comprar y traer gas brasilero, se volvió un negocio revender gas argentino. Esto, sumado al peligro que conlleva la actividad, evidenciado en los casos de explosión ocurridos en San Antonio durante el año pasado y el 2020, dejando varios heridos. “Todos ellos fueron víctimas de lugares clandestinos de carga de gas”, afirmó el funcionario.
El peligro mayor se centra en el trabajo previo que se realiza del lado argentino, donde se mudan de envases el gas licuado, de uno argentino de 10 kilos a un envase brasilero, de 13 kilos. De esta manera, los brasileros compran el gas directamente en los envases que pueden utilizar en sus domicilios.
El funcionario municipal reconoció que esta operatoria ya generó al menos tres explosiones en lugares arbitrariamente seleccionados para hacer esta adaptación que les permitan vender a los compradores extranjeros.