Durante años, el Ciclo Básico Común (CBC) de la UBA generó polémicas y debates. Y cuando ya parecía una discusión antigua, la agrupación liberal “Avancemos UBA” la reavivó al proponer reemplazarlo por un examen de ingreso.
El objetivo, dicen, es “ahorrar” un año de cursada, permitiendo que luego de una evaluación se ingrese directamente a la carrera. “Es un año adicional de cursada en aulas explotadas, con horarios poco prácticos y contenidos repetidos”, sostienen.
El CBC se creó en 1985, a fin de asegurar un tránsito más fluido entre la secundaria y la universidad y nivelar estudiantes con realidades educativas muy disímiles. Actualmente, está compuesto de seis materias: dos comunes, dos según la orientación de la carrera y dos específicas de la disciplina elegida.
Felipe Vega Terra, director del CBC, aseguró que “no se evalúan modificaciones”, pero se mostró a favor del debate. “Siempre son bienvenidos. La universidad es un ámbito plural, con agrupaciones de derecha e izquierda. Esa es una de sus fortalezas y recibimos el debate con alegría”, señaló.
Vega Terra explicó que “se trata del primer año de la carrera”, es decir, “no es algo que esté aparte”. Especifió que “se articula con las facultades” y que “la mayoría de los profesores dan clases también en las unidades académicas”. Para él, el CBC implica el pasaje del nivel medio al universitario en dos sentidos: por un lado, ayuda a la adquisición de habilidades para afrontar un trayecto más exigente y complejo y, por otro lado, busca suplir las falencias de la secundaria.
“Lamentablemente de un tiempo a esta parte, por la crisis de la secundaria, los estudiantes que recibimos llegan sin algunos saberes fundamentales y como la UBA nunca resignó la excelencia académica que la caracteriza, hay un trabajo de nivelación. El CBC cumple esa función de preparación, de otorgar saberes indispensables para desarrollar en las carreras, que se van complejizando cada vez más con el correr de los años”, señaló.
En relación al argumento de “ahorrar” tiempo de cursada, el director recordó que en la UBA existe la posibilidad de rendir libre, aunque son muy pocos los estudiantes preparados para hacerlo. “Obviamente hay excepciones, pero el salto de la secundaria al CBC es importante, la exigencia es mayor”, subrayó.
“Una discusión política que atrasa”
Marcelo Rabossi, profesor e investigador de la Universidad Torcuato Di Tella, señala que el CBC ya cumple una función de examen de ingreso que se extiende durante un año. “Que se lo considere parte de la currícula universitaria y no como un gran mecanismo de selección previo al ingreso a la universidad, es más una definición política que otra cosa”, dijo.
Rabossi hace referencia a los tres tercios en que suele dividirse los resultados del CBC: uno que lo supera en tiempo y forma, otro que necesita un cuatrimestre extra para lograrlo, y el último que abandona o cambia de carrera en el medio del trayecto.
“Desde el punto de vista de enmendar las falencias de la secundaria ha sido y es un mecanismo útil y casi inevitable, consecuencia de una escuela que no cumple con las funciones que se le encomiendan”, dijo Rabossi.
“Debemos pensar que los exámenes son instancias evaluativas con el objetivo de conocer las necesidades del alumno para así ayudarlo. Es un error pensar que son elementos de castigo para estigmatizar o discriminar, como culturalmente se nos ha hecho pensar. Ocurre que en la Argentina, quienes deberían dar el ejemplo cuestionan el mérito y el esfuerzo. Y de aquí la demagogia del libre ingreso, que a la larga o a la corta y para muchos, termina transformándose en una especie de libre deserción”, manifestó.
Mónica Marquina, doctora en educación superior y miembro de la Fundación Alem, opina que el CBC fue útil a lo largo del tiempo a la hora de articular el nivel secundario con el universitario. También señaló que está disponible UBA XXI, la modalidad virtual que le permite a los jóvenes del último año escolar cursar y adelantar materias del CBC.
“Quienes piden el desmantelamiento del CBC están desinformados o quieren instalar una discusión política que atrasa. Porque hoy las opciones de entrada a la UBA incluyen a todos los jóvenes. Un examen tradicional de ingreso es la expresión de la supervivencia del más fuerte, es decir, del que tuvo mejor educación secundaria, o de quien puede pagar un curso de ingreso”, expresó Marquina.
Y concluyó: “El CBC podrá seguir mejorando, pero las soluciones de volver al pasado no están para nada en sintonía con una mirada democratizadora, mucho menos en este tiempo en que los problemas del secundario colocan a los jóvenes en diferentes puntos de partida. Por eso, quienes no quieren el CBC, tienen la posibilidad de no hacerlo, pero no por ello deben asumir que nadie lo necesita”.