El duelo de esta tarde entre Boca y Lanús en La Bombonera, por la sexta fecha de la Copa de la Liga Profesional, no pudo ser ese que Edinson Cavani anhelaba para romper una larga racha sin goles y llegar afilado al choque de Copa Libertadores con Palmeiras. Por el contrario, el uruguayo prácticamente no tuvo chances cerca del área y extendió su sequía.
Contando el de este sábado, pasaron ocho partidos desde el 18 de agosto, día que el Matador rompió por primera vez la red del arco que da espaldas al Riachuelo tras un centro magnífico de Exequiel Zeballos al segundo palo. Su cabezazo sin ángulo marcó el 2-1 parcial ante el Platense de Martín Palermo, en la primera jornada del actual certamen local. El delantero había gozado de algunas ocasiones de gol en la vuelta frente a Nacional, aunque no pudo aprovechar ninguna.
Después de aquella noche en el Alberto J. Armando, transcurrieron los cuartos de final ante Racing, la victoria por penales en octavos de la Copa Argentina sobre Almagro y los compromisos con Sarmiento, Tigre, Defensa y Justicia, Central Córdoba y ahora el del Granate. En esa seguidilla, Cavani fue titular en seis ocasiones y suplente en dos (no sumó minutos en ninguno), pero no anotó goles.
Más allá de su rol fundamental jugando de espaldas a un toque y elaborando acciones ofensivas de tres cuartos para adelante, el Matador llegó con los pergaminos de ser un goleador implacable. Sus 379 goles en clubes, sin contar los de la Selección de Uruguay, lo avalan. Todavía no lo demostró en Boca a pesar de que le anularon uno en offside contra el Tricolor en La Rioja y otro ante la Academia en la ida.
Sin embargo, la oportunidad de hacerlo después de varias semanas y así cortar una importante sequía será ni más ni menos que en la primera semifinal de la Copa Libertadores contra Palmeiras, el próximo jueves.