Recibió el alta el bebé que lucho cinco meses contra fentanilo contaminado en Córdoba

Se trata de G.B., uno de los 69 casos confirmados afectados por el medicamento adulterado.

Recibió el alta el bebé que lucho cinco meses contra fentanilo contaminado en Córdoba
Sol Basualdo y Darío Benavídez, papás del bebé afectado por fentanilo contaminado. (Javier Ferreyra / La Voz)

El viernes 17 de octubre, G.B. fue dado de alta tras una internación que se extendió por más de cinco meses en una clínica privada de la ciudad de Córdoba por fentanilo contaminado. El niño, nacido el 26 de abril, fue trasladado a su domicilio en una caravana de vehículos que portaban globos de color verde, tonalidad asociada a la esperanza. Este suceso representa un momento de gran alivio para sus padres, Sol Basualdo y Darío Benavídez.

El pequeño fue uno de los 69 pacientes que resultaron afectados por un brote de medicamentos adulterados, según el último reporte oficial del Boletín Epidemiológico Nacional. G.B. nació en la clínica Vélez Sarsfield y, tras experimentar un inconveniente respiratorio, requirió intubación y recibió una dosis del fármaco contaminado. Sus padres se constituyeron como querellantes en el expediente, bajo la representación legal del abogado Carlos Nayi. La investigación judicial recayó en el juzgado Criminal y Correccional número 3 de La Plata, a cargo del juez federal Ernesto Kreplak.

Le dieron el alta al bebé que estuvo meses internado por fentanilo contaminado

La madre, Sol, recordó que los meses fueron “un infierno”. Durante la primera fase, el bebé estaba muy grave, intubado, y no podían tocar la incubadora o producir ruido porque reaccionaba y empeoraba. Las descompensaciones del niño fueron constantes, al igual que su paso por la unidad de terapia intensiva. En agosto, el lactante estuvo a punto de salir, pero padeció una broncoaspiración, debiendo ser intubado otra vez. Posteriormente fue sometido a una cirugía y comenzó a mejorar su condición.

Antes de la salida de la clínica, la última semana el niño “remontó de golpe” y empezó a succionar su mamadera. Al momento de retirarse del centro médico, sus papás lo vistieron de amarillo, color que les transmite fuerza. Hoy, Gio respira por sí mismo y toma la mamadera. Aunque presenta episodios recurrentes de broncoespasmo, no ha quedado con secuelas. El niño subió 300 gramos desde que está en su casa y recibe visitas de especialistas para recuperar su capacidad de succión y adaptarse a su desarrollo infantil. El pequeño se desplaza por los espacios de su casa, disfruta de la luz del sol en la cara y se relaja con el viento, según relató su mamá, quien afirmó que “no hay como estar en casa”.