Luego de 40 días internado en el Hospital de Niños de la ciudad de Córdoba por la brutal agresión de una patota de menores de edad, Lázaro Rivarola fue dado de alta. El milagro navideño ocurrió y los médicos del nosocomio contaron cómo fue el tratamiento del adolescente.
Lázaro (13) ingresó al Hospital de Niños en estado crítico, por lo que su familia inició una cadena de oración a la espera del milagro. El trabajo de los profesionales fue clave para la recuperación del adolescente y la directora del nosocomio, Verónica Petri, manifestó su orgullo: “Una institución en la que se trabaja con el alma por cada paciente que nos confían”.
EL HOSPITAL DE NIÑOS, CLAVE EN LA RECUPERACIÓN DE LÁZARO
“El Hospital de Niños tiene aparatos de última tecnología, hace muy poco tiempo pusimos en marcha el resonador que se suma a los equipos de tomografía, de ecografía y a un laboratorio donde se pueden realizar todos los estudios que requieren estos pacientes”, precisó Petri.
En consonancia, el neurocirujano Raúl Emilio Jalil señaló: “Dependemos de que nos mantengan actualizados y lo estamos. Tenemos material de primera línea para tratar a los pacientes”. Respecto al tratamiento específico de Lázaro, el profesional expresó: “Es muy gratificante después de todo el estrés que implica un paciente tan grave, con un pronóstico incierto”.
“Este tipo de traumatismos son lesiones muy graves y no se sabe cómo pueden evolucionar. Hay que tratar de tranquilizar a la familia y a la vez decirle que la situación es muy difícil pero que todo el equipo de salud va a trabajar para buscar la solución”, agregó.
LA GRATIFICACIÓN DEL ALTA DE LÁZARO
Si bien a Lázaro le queda un largo camino de rehabilitación, su alta provocó la felicidad de sus seres queridos. “Siento mucha gratificación por la familia porque en cierta forma uno se conecta con la historia, aunque tenemos que resguardarnos porque nosotros tenemos que poder seguir trabajando con otros pacientes”, manifestó Marcela Ferreyra, médica de la Terapia Intensiva.
En este sentido, sumó: “La gratificación nuestra está en eso, en poder ver que el paciente se va con posibilidades de recuperación y el agradecimiento en los rostros, los ojos de la familia, lo dice todo”.
Finalmente, Natalia Galiñanez, a cargo del tratamiento de kinesiología de Lázaro, cerró: “Estamos felices. Llega un paciente en estado crítico y con pronóstico reservado y poder decirle te vas a tu casa, vas a festejar las fiestas con los tuyos nos provoca una alegría inmensa”.