De chico en su Corral de Bustos natal, jugaba todo el día al fútbol, a las bolitas y “cazaba parajaritos”. Al fútbol pero no en un club... Recién a los 22 años, y sin la formación de Divisiones Inferiores, se puso la pimera camiseta formal, y se quedó en el pueblo porque había fallecido su papá, que en un primer momento había pensado en llamarlo Waltino. Es la peculiar historia de Walter Ribonetto, campeón con Lanús, donde debutó a los 27 años, y ahora entrenador de Talleres, donde hará sus primeras armas, nada menos que con Copa Libertadores entre los desafíos.
Con el Granate obtuvo en 2007 el primer título en el historial del club, con Ramón Cabrero y Luis Zubeldía como entrenadores. Jugó en Rosario Central, ascendió con Quilmes y terminó su carrera en 2012, en un Talleres, que pugnaba salir del Argentino A, con 33 partidos disputados y dos goles convertidos.
Los extremos se tocan para cerrar el círculo ahora en su carrera como entrenador, porque más allá de ser ayudante de campo de Diego Dabove en Argentinos Juniors, San Lorenzo y Banfield, comenzó a dirigir en la Reserva de Talleres en 2022 y clasificó a los play offs de la Copa Proyección, donde cayó ante San Lorenzo en cuartos. Y esta semana fue confirmado por Andrés Fassi como técnico principal Albiazul, para un año con triple competencia: Liga Profesional, Copa Argentina y nada menos que Libertadores.
WALTER RIBONETTO CAMPEÓN CON LANÚS
Jugando para Independiente de Chañar Ladeado, localidad vecina, Walter Ribonetto fue observador por el CAI Carlos Aimar, reconocido técnico nacido también en Corral de Bustos, y le ofreció una prueba en Lanús. Antes tuvo que disputar la final del torneo con el clásico rival, Chañarense, porque los dirigentes no lo debajan ir.
Quedó en el Granate, más allá de la edad y de no haber hecho Inferiores, e hizo su presentación en la pretemporada en Salta, en un amistoso en el que cometió un penal. Fue la foto que publicó en el diario, pero le pusieron otro nombre, Martinuzzi, porque no lo tenían registrado...
El debut oficial fue contra Argentinos Juniors en 2001, y cuentan en el pueblo que todo Corral de Bustos escuchó el partido por la radio. Y después los llamaron todos los vecinos para felicitarlo.
Antes de lanzarse a la aventara en Lanús se había probado en San Lorenzo, donde le propusieron quedarse en una filial para nivelarlo en lo futbolístico. Cuando se enteró lo que le iban a pagar se volvió a Corral de Bustos. Ganaba más en la fábrica donde había conseguido empleo. Incluso llegó a trabajar en el taller de costura de su madre.
RIBONETTO Y EL DESAFÍO DE SU VIDA COMO DT DE TALLERES
Walter Ribonetto tomó la posta con la salida de Javier Gandolfi, entrenó al equipo a la espera de una chance de disputar el Trofeo de Campeones (lo que no ocurrió porque River no llegó a la final de la Copa de la Liga), y acunó el sueño de quedarse en el cargo.
Tras las negociaciones con Gabriel Milito y el uruguayo Jorge Bava, más una batería de nombres que fueron desde Gabriel Heinze a Frank Kudelka, pasando por Diego Martínez y Mauricio Pellegrino.
Lo secundarán en el “desafío más importante de mi vida” Maricio Caranta como ayudante de campo y Pablo el Cholo Guiñazú como manager. Copa de la Liga en el comienzo de año, y a la vuelta de la esquina Libertadores en fase de grupo y otra vez Copa Argentina. Casi sin experiencia como entrenador principal ,pero con el espaldarazo de Fassi y el plantel.