Magdalena Charras tiene 37 años y trabaja vendiendo churros al costado de un ruta en Córdoba. Una tarde, su celular sonó y se trataba de una llamada sospechosa, que parecía ser una estafa en nombre de una conocida fintech cordobesa. La mujer decidió enfrentar al delincuente y la conversación se convirtió en un relato conmovedor. El hecho no tardó en volverse viral en las redes sociales.
Video: una vendedora de churros evadió una estafa y conmovió al delincuente
Comenzó consultando precisiones sobre su identificación fiscal, locación vinculada a una tarjeta y detalles estéticos pertenecientes al edificio corporativo donde operaban. Ante ausencia de contestaciones coherentes por parte los delincuentes, ella manifestó con firmeza: “No sé qué pasó en esta llamada, se alargó aquel asunto y empezó una conversación”.
En lugar proferir insultos ante aquella maniobra delictiva, esta mujer optó por enviar un mensaje reflexivo cargado de sinceridad. “Te pido que no caguen gente, te mando un abrazo. Te quiero y te entiendo, pero pónganse las pilas”, expresó. En ese momento, el delincuente abandonó su libreto y simplemente exclamó “fuerza amiga” previa a dar por finalizada la llamada. Incluso llegaron ofrecerle transferencias monetarias o comprarle mercadería, propuestas las cuales rechazó.
“Mi intención es vender churros, no necesito que me ayuden”, aclaró respecto de las diversas ofertas sobre asistencia recibidas durante aquella jornada. Actualmente, quienes deseen conocerla pueden encontrarla sobre la ruta provincial S523, frente a una cancha perteneciente al club Banfield. “Juro que no pierdo la fe en que todo puede mejorar”, comentó.

































